¿Cómo desconectar de los gadgets en verano?
La omnipresencia de los gadgets hace que sea complicado desconectar en vacaciones. Conviene tomar medidas para que la tecnología no ‘canibalice’ nuestro tiempo.
Ahora que llega el verano, el calor, la playa, la piscina, el chiringuito… es el momento de desconectar. ¿O no? ¿Cómo desconectar del trabajo y los problemas cotidianos si llevamos con nosotros un montón de gadgets conectactos, como el portátil, el smartphone o la tablet?
Si no tenemos la oportunidad de irnos a una isla perdida en medio del Índico o salir a navegar a alta mar, allá donde no llega la cobertura de ningún operador, habrá que poner de nuestra parte para que la tecnología no se apropie de nuestro tiempo de descanso y evitar que el trabajo se venga con nosotros de vacaciones. Éstos son algunos consejos para desconectar:
Dejar todo atado. Para evitar la tentación de llamar a la oficina o mirar el correo, es recomendable no dejar ningún fleco suelto antes de irnos. Si queda algo sin resolver, seguro que acabamos hablando con la oficina para saber cómo se ha resuelto. Y si no, alguien se encargará de contactar con nosotros. Además, cualquier complicación laboral angustia mucho más cuando no estamos allí para arreglarlo. Mejor evitarlo.
El móvil, apagado. Sabemos que esto es prácticamente imposible, pero podemos tomar algunas medidas. Si tenemos un teléfono de trabajo y hemos resuelto todo antes de irnos, mejor dejarlo en casa o en la oficina. Si no nos vemos capaces de abandonarlo, puede encontrar un hueco en la maleta, pero hay que intentar que no salga de ahí durante todas las vacaciones. Y también debemos intentar limitar el uso del teléfono personal. Si vamos a la playa o a la piscina, ¿para qué lo queremos? Si dejamos nuestro smartphone nos aseguramos de que no nos lo roben mientras nos bañamos o que se estropee con el agua o la arena. Y lo mismo si vamos a dar una vuelta o tomar algo con nuestra familia o los amigos. Por supuesto, apagado mientras dormimos.
El correo, ni mirarlo. Sabemos que es una maravilla tener el correo en cualquier gadget, pero no conviene mirarlo continuamente. Seguro que al correo personal no nos llega nada tan urgente que no podamos aplazarlo hasta nuestro regreso. Y es preferible no revisar el e-mail del trabajo hasta la vuelta. Podemos dejar un mensaje de autorrespuesta que informe de que estamos de vacaciones, precisando el día que regresamos e indicando una persona de contacto para asuntos urgentes. Si no hay más remedio, hemos de contestar sólo a los realmente importantes. Y nada de sincronización automática de mensajes en el móvil.
Silencio en grupos de Whatsapp. Casi todos estamos incluidos en varios grupos de Whatsapp. Afortunadamente, la aplicación hace tiempo que incluyó la función de silenciar las notificaciones hasta durante una semana. Si alguien tiene algo importante que decir, seguro que llamará. Incluso podemos advertirlo en nuestro estado.
Limitar Facebook y Twitter. A todos nos apetece hacer fotos de los sitios tan maravillosos a los que vamos de vacaciones. O inmortalizar el impresionante banquete que nos vamos a dar. Y, por supuesto, queremos colgarlo en redes sociales al instante… pero es una trampa. Si colgamos fotos o actualizamos el estado, es normal que nos lleguen interacciones, que es difícil ignorar. Si no podemos resistir la tentación, convendría desactivar las notificaciones. Y para evitar que las redes sociales nos absorban, una solución puede ser fijarnos 10 ó 15 minutos al día para echar un vistazo.
Aprender a vivir sin apps. Antes de los smartphone y las tablets, veíamos las noticias o mirábamos por la ventana para ver qué tiempo hace, leíamos libros en papel y encontrábamos la manera de ocupar los ratos muertos sin jugar al Angry Birds o ver vídeos de YouTube. Incluso nos aburríamos. Seguro que somos capaces de hacerlo de nuevo.