Cuando se está empezando en el mundo de las empresas, una de las partes más complicadas es financiarse y mantener una economía saneada. Y es que, como startup, hay muchos gastos y poco que ingresar. Al menos al principio.
1. “Benefíciate de los incentivos gubernamentales”. Al igual que existen ayudas para la formación, también se dan a emprendedores. Este tipo de ayudas pueden ir desde subvenciones a la rebaja de impuestos. Aunque la situación variará, siendo más o menos ventajosa, dependiendo del país. Desde Spotcap animan a “contactar con las agencias de desarrollo autonómicas para informarse sobre el apoyo financiero disponible para emprendedores”.
2. “Invierte estratégicamente y gasta con prudencia”. Una inversión puede ser vista como un gasto inasumible de consecuencias incalculables o, por el contrario, como una vía para conseguir más financiación si el nuevo negocio sale rentable. De todos modos, siempre hay que invertir con cabeza. O, en palabras de los expertos, “los emprendedores deberían actuar e invertir según sus planes presupuestarios para ahorrarse disgustos”.
3. “Aprovecha las oportunidades de financiación alternativa”. En estos tiempos que corren, donde la tecnología lo toca todo, existen formas novedosas de financiarse. Uno de los ejemplos más evidentes es el de las campañas de crowdfunding, que apelan a la solidaridad al mismo tiempo que se promociona un producto. Pero también existen otros métodos como recurrir a créditos o buscar el respaldo de angel investors.
4. “Gestión financiera aliada con la tecnología”. Y, si hablamos de tecnología, encontramos muchas herramientas de corte económico que pueden ayudar a los negocios novatos. No se trata de buscar dinero mientras se recurre a ellas, y gracias a su aplicación, en este caso, pero sí de mantener monitorizadas todas las cuentas y evitarse problemas. Spotcap recomienda Cuentas Claras, Visual Bugdet y Money Wiz para lograr “una visión de tu financiación ordenada y sencilla”.
5. “Reestructura tus deudas y no monopolices el riesgo”. Para poder crecer hay que soltar lastres. Esto quiere decir que no se puede encadenar deuda, tras deuda, tras deuda, porque entonces resultará imposible salir del atolladero y tampoco se conseguirá financiación fácil. Por una parte, se recomienda estudiar desde un inicio planes viables con los que tapar los agujeros creados. Y, por otro lado, “estar al tanto de las nuevas oportunidades de financiación para reducir su dependencia en una única fuente de deuda”.
6. “Controla los gastos”. Puede que suene a consejo de abuela pero, por encima de todo, recuerda no gastar nunca más de lo que tienes. Y acuérdate de ahorrar algo. Obviamente habrá inversiones que realizar y gastos que asumir si se quiere seguir adelante, pero todo tiene que estar bien estudiado y justificado. Nunca pases por alto la situación de tus cuentas y cuál es tu liquidez real.
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