Comcast ha llegado finalmente a un acuerdo con los socios de General Electric y ha cerrado la adquisición de la red televisiva NBC, en la que se incluyen el popular canal que le da nombre pero también emisoras tan poderosas como Telemundo.
La compañía de cable contará con el 51% de la nueva joint venture resultante, mientras la eléctrica conserva el 49. Aún así, será la teleco la que llevará la voz cantante, siendo quien marque la dirección a seguir por la enseña resultante.
El acuerdo obligará a Comcast a desembolsar 6.500 millones de dólares a General Electric y a ésta a pagar 5.800 millones de dólares a Vivendi, su hasta ahora partner, para hacerse con el control del 20% de las acciones que controla la francesa. Este baile de cifras supone valorar finalmente a la NBC en 30.000 millones de dólares.
La compra es un movimiento importante en el panorama empresarial estadounidense, pero también un golpe de manos en las relaciones entre industria audiovisual y telecos. Con la adquisición, Comcast se convierte no sólo en la dueña de la infraestructura para llevar la televisión a los domicilios estadounidenses sino también de los contenidos que viajan en esa infraestructura. Por tanto, el control de la compañía de cable del producto será total.
Igualmente, algunos medios estadounidenses han visto en este acuerdo un primer paso hacia una nueva generación de productos televisivos, convirtiéndose en el pistoletazo de salida para la nueva TV en internet.
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