Gracias a esta combinación, el cochecito no sólo se mueve sólo, sino que con los Kinect sabe lo que hay delante y detrás, evitando que se choque con las personas y obstáculos. Gracias a esto y su velocidad limitada es relativamente seguro.
El control se realiza con un Wiimote metido en un volante de plástico, que manda la señal de los acelerómetros y giroscopios a la tablet NookColor por bluetooth. Ésta procesa la señal del Wiimote y Kinects con un programa en el genial lenguaje Processing, usando luego un microcontrolador para controlar los motores de silla de ruedas del cochecito.
El resultado, como puede verse en el vídeo, parece bastante seguro y divertido, tanto para padres como para niños, aunque no me queda muy claro como solventa los bordillos, posibles agujeros misteriosos y baches que se encuentre.
Se vende en kits de 2.500 dólares con la posibilidad de usar un smartphone en lugar de un Wiimote. Claro que, te recomendamos llevar también el Wiimote y no dejarle tu smartphone a tu bebé si no quieres que lo destruya en cuestión de microsegundos. [Hack a Day]
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