La CNMC quiere acabar con las cabinas telefónicas
Propone excluir las cabinas telefónicas, al igual que las tradicionales guías de abonados en papel, del servicio universal de telecomunicaciones.
Las cabinas telefónicas, esos entrañables elementos del mobiliario urbano, imprescindibles en los años 60, 70 y 80, y que entraron en franca decadencia con el auge de la telefonía móvil, podrían desaparecer a finales de año, si prospera la recomendación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
La CNMC ha propuesto al Ministerio de Industria que “revise la conveniencia de mantener estos elementos del servicio universal de las telecomunicaciones“, al igual que con las tradicionales guías de abonados en papel, informa Expansión.
La Comisión se basa en los datos del Eurobarómetro 2014, que señala que el 88% de los españoles “responde que nunca ha utilizado las cabinas, lo que sitúa a España al nivel de la media europea”. En España quedaban el pasado año 28.820 cabinas telefónicas de las 68.022 que había en 2000.
Esta falta de uso, y la consiguiente bajada de la recaudación, se suma al coste de mantenimiento de las cabinas telefónicas, soportado por las operadoras dentro del llamado Servicio Universal. Este servicio, que garantiza que todos los españoles puedan tener acceso a la red telefónica pública fija desde cualquier ubicación geográfica a un precio asequible, tuvo un coste de 19,5 millones de euros en 2013.
El parque de cabinas, que en España corren a cargo de Telefónica a través de su filial Telefónica Telecomunicaciones Públicas (la antigua Cabitel), lleva años disminuyendo constantemente. En otros países de nuestro entorno, como Francia o Reino Unido, también están en trance de desaparición. Su reciente exclusión del servicio universal está permitiendo a Orange y British Telecom reducir su mantenimiento y proceder a su desinstalación masiva.
En cambio, en otras naciones se está optando por reconvertirlas. Es decir, aprovechar esta red ya creada para montar otras redes de elementos de telecomunicaciones. Es el caso de los puntos de acceso wifi de Estados Unidos, donde más de 13.000 cabinas han sido reconvertidas sólo en Nueva York, o las cabinas con acceso a Skype para hacer videollamadas a través de Internet que funcionan en Estonia. En España se valoró la opción de reutilizar las cabinas como puntos de recarga de vehículos eléctricos, aunque la CNMC parece más partidaria de la solución drástica de la eliminación.