La idea es que la tela sea capaz de responder tanto al tacto como al sonido ambiental. La tela está teñida con tinta conductiva de diferentes tonalidades y en ella van entretejidos cables de nicromo que la calientan. Los sensores de audio recogen el sonido ambiental y un Arduino transforma dichos sonidos en calentamiento de los cables que cambian el color de la tela.
Bueno, en realidad no cambian totalmente el color, sino que el color está “apagado” y el calor lo activa, por lo que aunque no es un efecto camaleónico completo, si se usaran hilos lo suficientemente finos y un sistema más potente y preciso que un Arduino, se podría crear una especie de pantalla textil.
Eso sí, el consumo y posible incomodidad de las prendas que usen este tejido, junto con la dificultad de aislar la tela del propio calor corporal no deja muy claro que tenga una utilidad directa para crear ropa, pero la idea de Chromosonic es bastante interesante.
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