China acelera la carrera de los centros de datos
El aumento de su actividad empresarial y el de los niveles de población está provocando una construcción frenética de centros de datos en el país asiático.
Haberse convertido en una de las economías con mayor potencial de crecimiento, junto con su posición como país más poblado del mundo, está multiplicando las exigencias a cumplir por parte de China. Entre ellas destaca la necesidad de aumentar el número de centros de datos instalados en su territorio para satisfacer así las necesidades de los 500 millones de personas que actualmente tienen acceso Internet en la región.
De hecho, CIO.com cifra en “decenas, sino centenares” los enormes centros de datos que están en proceso de construcción y que ayudarán a afrontar con verdaderas “ciudades en la nube” la demanda de proveedores de telecomunicaciones y de servicios tales como el e-commerce, la banca electrónica y la administración digital. Algunos de los edificios construidos alcanzan los 50.000 metros cuadrados.
Y no sólo eso. China también quieren convertirse en el destino prioritario de las empresas occidentales a la hora de expandirse a Oriente. Es el caso de Google que está apostando fuerte por la región asiática y en septiembre de este año anunciaba su intención de invertir 200 millones de dólares para construir hasta tres centros de datos en la zona. ¿Dónde? En Singapur y, por supuesto, Taiwán y Hong Kong.
El problema es que, mientras la denominada Región Administrativa Especial de Hong Kong de la República Popular de China, es el lugar menos “peligroso” de la región Asía-Pacífico para levantar unas instalaciones de este tipo, China no lo es. El país con capital en Pekín ocupa el 18º puesto de 20 posibles en el Data Center Risk Index elaborado por la consultora Cushman & Wakefield, que lo considera un mercado restrictivo con marcado control reglamentario y problemas energéticos.
Por ejemplo, está la preocupación de a quién pertenecerían los derechos de propiedad de los datos y otros activos relacionados, así como riesgos de seguridad o la posible monitorización del tráfico web para intereses gubernamentales. También se añade el hecho de que China necesita “grandes inversiones en infraestructura” para subirse al carro de los centros de datos.