De Cheetah a Lion: historia de Mac OS X
¿Sabría Steve Jobs cuando hace diez años lanzó la primera beta de Mac OS X que la décima versión del sistema operativo de Apple se convertiría en la más longeva y en un símbolo del éxito de los Macs? Posiblemente no. Pero hora, a punto de lanzar la versión 10.7 del sistema operativo (todo indica que se llamará “Lion”) y con Apple liderando el mercado con dispositivos como smartphones o tablets, resulta difícil imaginar que poco antes de ese momento Cupertino estuviera al borde de la quiebra.
Porque así es como estaba Apple cuando en 1997 Steve Jobs aceptó volver con la misión de erigirse en salvador de la compañía. Jobs centró sus esfuerzos en el sistema operativo de los Macs: se trataba de renovar Mac OS por dentro y por fuera, intentando mantener a la vez las características que lo diferenciaban. Crear un potente sistema operativo con una interfaz gráfica atractiva y fácil de usar.
La misión podría parecer complicada, pero Steve Jobs había hecho los deberes durante los años que estuvo fuera de Apple. Así, la tecnología desarrollada a lo largo de los 90 por NeXT, compañía creada por Jobs y comprada por Apple en 1997, se convirtió en el motor de Mac OS X, cambiando el código fuente, el sistema de archivos, el diseño y el soporte en hardware con respecto a sus antecesores.
El camino hacia los grandes felinos
A pesar de ser el primer gran logro de Steve Jobs tras volver a Apple, Mac OS X no fue la primera versión del sistema operativo que vio la luz bajo su mandato. El CEO de Cupertino estuvo también detrás de las versiones 8 y 9 que, aunque en realidad no eran más que pequeñas actualizaciones de OS 7, lograron captar a su público.
Un ejemplo de ello es que en 1997 los fanboys y fangirls, que ya existían, abrazaron OS 8 con devoción casi religiosa: Apple estaba en un mal momento y había que ayudarla. Para lograrlo, los fieles de la compañía crearon una campaña digna de la era de las redes sociales instando a los usuarios a comprar la actualización del nuevo sistema operativo para ayudar a salvar a Cupertino. El éxito fue tal que hasta algunos colectivos piratas se negaron a copiar y distribuir el SO.
Pero el apoyo de los incondicionales y el éxito de ventas no era suficiente para Jobs, quien no empezó a respirar tranquilo hasta 2001, cuando el primer gran felino vio la luz: Mac OS X, llamado “Cheetah” de forma interna, marcaba el principio de una nueva era. Aún así, esta primera versión estaba llena de fallos y era bastante inestable, por lo que el feedback general fue bastante negativo.
¿Cuándo llegó el cambio real? No fue con “Jaguar”, la versión 10.2, momento en el que los grandes felinos saltaron de un uso interno a las campañas de marketing. Hubo que esperar hasta 2002 para ver a Steve Jobs sacar un ataúd al escenario que simbolizaba la muerte de Mac OS 9. Se presentaba “Panther” (10.3), y las cosas iban a cambiar con un sistema operativo mucho más estable. OS 9 había muerto, llegaba el momento de las fieras.
De nuevo en la cima: de “Tiger” a “Lion”
A partir de ahí todo empezó a ir rodado, y no solo para los Macs: Apple hacía ya tiempo que no se contentaba con los ordenadores, y su marca se fue extendiendo por diversos tipos de dispositivos con éxito garantizado desde antes de ser lanzados. De hecho, empezó a parecer en algunos momentos que Apple dejaba un poco de lado a sus felinos para concentrarse en iPods y smartphones.
¿De dónde venía esta sospecha? De una cuestión de fechas: hasta entonces, las nuevas versiones de OS X se lanzaban con pocos meses de diferencia entre ellos, pero entre Tiger (10.4) y Leopard (10.5) transcurrieron dos años, ya que Apple aplazó su lanzamiento en varias ocasiones. La razón fue confesada (y perdonada) abiertamente: estaban ocupados desarrollando el iPhone.
Una vez entonado el mea culpa, se ocuparon de que no les volviera a pasar y pocos meses después veía la luz “Snow Leopard” (10.6), una especie de continuación de “Leopard” centrada más en mejorar el rendimiento del sistema operativo que en cambiar aspectos externos. Como resultado del bajo precio con el que salió al mercado, además, se convirtió en el SO de Apple con más éxito de crítica y público.
Ahora, poco más de un año después de la presentación de “Snow Leopard” (y tan solo unos meses después de su lanzamiento), un nuevo felino acecha en el horizonte: se trata de “Lion”, la versión 10.7 de Mac OS X que está a punto de ser presentada al público. ¿Qué novedades se esperan? A pocas horas de su lanzamiento, los rumores son muchos, aunque hay uno que se impone sobre el resto: la interfaz de usuario dará un giro para parecerse a la de iOS.
¿Qué sentido tendría seguir manteniendo dos sistemas operativos diferentes cuando los dispositivos móviles son utilizados cada vez más como ordenadores normales? Poco, o por lo menos eso opinan muchos analistas del sector. De todas formas, no parece que Apple vaya a hacer que converjan en uno, por lo menos no de momento. Los fanáticos de OS X pueden estar tranquilos: la era de los grandes felinos todavía no ha terminado.