A continuación, los testimonios del catador. En cuanto a la apariencia y el olor, la cobaya humana dijo: “Su aspecto es sabroso y no huele a comida para perros!” Pero vayamos a lo que de verdad importa ¿qué pasa con el sabor? Según parece no es para tirar cohetes. “El sabor…no es tan bueno. Sabe a salsa de tomate precocinada y con un regusto amargo” Además, parece que el pan no conserva su prestancia y queda como empapado.
En conclusión: “No me importaría comerme otra si no fueran tan caras”. Su calidad no dista demasiado de una de McDonalds a un precio un poco mayor. Para vuestra tranquilidad, este valiente catador sigue vivo.
Teniendo en cuenta que el uso real del producto es alimentar a hambrientos practicantes de trekking, parece que cumple su cometido. Y como alimento para guardar en el búnker no tiene rival, seguro que Ahmadineyad ya tiene encargadas miles de unidades.— Eduardo Lozano. [Trekking Mahlzeiten y Something Awful Forums vía Spulch]
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