CES: Catástrofes, Equivocaciones y Suspensos
Se organizó por primera vez en 1967. Hasta la década de los 90 contaba con dos ediciones anuales. Nueva York y Chicago han sido algunas de sus sedes. Y ahora, cuarenta y cinco años después y con capital fija en Las Vegas, sigue acaparando la atención de público, medios y compañías de todo el mundo como cita tecnológica ineludible. Es el Consumer Electronics Show, donde este año han brillado con luz propia los ultrabooks patrocinados por Intel y considerados por los analistas como uno de los productos con mayor potencial de futuro. ¿Tendrán razón?
A lo largo de la historia del CES se han mostrado miles de productos y no todos han derivado en un éxito de ventas categórico. Incluso cuando el día de su presentación acapararon flashes y portadas los hay que han acabado por estrellarse tras su salida al mercado.
Es el caso de buena parte de las tabletas que formaron parte del primer batallón de competición contra el iPad. ¿El IdeaPad U1 Hybrid de Lenovo? Apareció con su pantalla extraíble y doble sistema operativo en la feria de 2010 para sumergirse a los pocos meses en un largo proceso de renovación que ha concluido esta semana, también en el CES y en forma de ThinkPad Hybrid X1. ¿El Dell Streak? Hizo mucho ruido pero no convenció a lo consumidores por sus reducidas dimensiones: 5 pulgadas o, casi casi, el tamaño de un smartphone. ¿El Xoom? Sólo despegó cuando Motorola introdujo rebajas y ni siquiera ha dejado en herencia su nombre, ya que su sucesor se conoce como Xyboard. ¿El PlayBook? Salió a la venta falto de aplicaciones, a un precio demasiado alto y dependiendo de su conexión a los terminales BlackBerry, razones que lo condenaron a la categoría de fracaso comercial desde el primer momento. ¿El G-Slate de LG? Un visto y no visto después de su puesta de largo.
Junto a los tablets PC, surgió el fenómeno de los lectores electrónicos. E-readers como el Skiff de Hearst o el Plastic Logic Que fueron descontinuados casi antes de ser lanzados, al tener que enfrentarse al todopoderoso Kindle de Amazon. El único que ha conseguido hacer un poco de mella ha sido el Nook de Barnes & Noble, pero éste no debutó en Las Vegas. Por su parte, los fabricantes de televisores siguieron con expectación el fenómeno de la película Avatar , defendiendo las capacidades 3D de sus nuevos productos y periféricos como las gafas polarizadas durante los dos últimos años. Resultado: el público no se sumó a la tendencia y las tres dimensiones se venden ahora como una funcionalidad residual más, a la sombra de las aplicaciones inteligentes.
Tampoco le fue mejor al teléfono Palm Pre, laureado como la mejor propuesta del CES 2009. Llamado a ser “iPhone killer”, por una parte, y tabla de salvación de una compañía anclada en las PDAs, por otra, tuvo la mala suerte de coincidir en el tiempo con la popularización de los smartphones Android de bajo coste. El terminal acabó de hundir a Palm, que en abril de 2010 cedía a las ofertas de compra y traspasaba la maldición de webOS a Hewlett-Packard. Y, aunque su participación en el CES 1996 no acabó con la desaparición de Apple, sí será recordada por pasar un trago similar: el del lanzamiento de su mitad ordenador, mitad consola de videojuegos Pippin. Con pocos títulos disponibles, una conexión demasiada lenta y el doble de precio que la Sony PlayStation y la Sega Saturn, se ganó a la fuerza su puesto entre los peores productos tecnológicos de todos los tiempos.
De vencidos a vencedores
Más curiosa si cabe es la historia de los discos Blu-ray desarrollados por Sony, que en el CES 2003 perdieron su mano a mano con los DVDs de alta definición fabricados por Toshiba y NEC. Ambos ofrecían mayor calidad de imagen y sonido respecto a los discos ópticos clásicos, pero los segundos contaban con la ventaja de haber firmado contratos con grandes nombres de la industria como Microsoft, Intel y Warner Bros. Lejos de amilanarse, los defensores del formato alternativo fundaron la Blu-ray Disc Association y, para la celebración del CES 2008, ya le habían devuelto la jugada al negocio de DVD HD.
Lo de Windows Media Center en el CES 2005 merece un capítulo aparte. La keynote del entonces CEO, Bill Gates, se tornó en un completo infierno cuando los continuos clics de ratón para mostrar las bondades del cine en casa no activaban la aplicación. Un mal rato parecido tuvo que pasar el responsable de programación de los de Redmond, Garrett Young, cuando al intentar destacar las opciones de personalización de un videojuego lo único que se activaba era la infame “pantalla azul de la muerte”. Otro conocido suicidio comercial fue el de su Slate PC, una idea que nunca llegó a materializarse y quedó obsoleta tras el lanzamiento del primer iPad el 3 de abril de 2010. ¿Terceros damnificados? Los netbooks, reyes absolutos del CES 2009.