CES 2014: el triunfo de la wearable technology
La wearable technology fue la tendencia más destacada del CES 2014, además de los televisores 4k, las Steam Machines y los coches inteligentes.
La estrella del CES 2014: la wearable technology
Otros años está todo más dividido, pero esta vez todos coinciden en cuál ha sido la tendencia reina en el CES 2014: la wearable technology. Los gadgets que se llevan puestos, la ropa y accesorios inteligentes, son lo que todos los fabricantes quieren que los consumidores compren y regalen este año. Y aunque hubo de todo, desde gafas hasta joyería, pasando por camisetas o tobilleras, las muñecas parecen ser, de momento, el lugar preferido para colocar estos gadgets.
Están, por supuesto, los smartwatches. Que el Galaxy Gear de Samsung haya sido un fracaso no ha sido tomado por nadie como alerta de que quizá los consumidores no quieran relojes inteligentes: en el CES 2014 estaban por todas partes, intentando adelantarse al esperado iWatch. La keynote de Intel, que presentó un prototipo de su smartwatch, fue una de las más significativas, ya que compartieron sus planes de centrarse mucho más en los wearables este año, dejando de lado los smartphones.
Otros smartwatches y pulseras presentes en el CES 2014 fueron el Pebble Steel, la segunda generación del smartwatch que rompió Kickstarter; Nabu de Razer, un híbrido entre smartwatch y pulsera de fitness; Bluewatch, el primer intento de ZTE por entrar en este mercado; META de Metawatch, una de las compañías con más experiencia en el sector; o Matian Notifier, un reloj de pulsera aparentemente normal, pero que se conecta con el smartphone. En el lado de las pulseras de fitness, destacó Sony con Core, similar a Fitbit (que también estuvieron presentes), y Garmin presentó la suya, Vivofit.
Pero el cuerpo tiene muchas más partes que las muñecas y hay wearable technology casi para cualquier prenda o accesorio imaginable. Hubo gafas que intentan adelantarse a las Google Glass, como las XOne, gafas de seguridad (sí, pensadas para trabajadores que las necesitan) inteligentes; pero también cintas para la cabeza, brazaletes, broches, collares o hasta sujetadores y wearables para mascotas. ¿Qué tienen en común? Todos ellos se ajustan a alguna parte del cuerpo y, mediante sensores, miden diferentes aspectos del usuario.
Aunque muchos se conectan con el smartphone y buscan poder incluso sustituirlo (las Google Glass algún día, los smartwatches), de momento el énfasis no está tanto en esa nueva forma de conexión como en los beneficios que esos sensores y esa medición constante puede tener para el usuario. El wellness y la salud están en boca de todas las firmas tecnológicas y podría ser además la estrategia adecuada: la empresa de análisis de mercado ABI cree que el mercado de los wearables alcanzará los 6.000 millones de dólares en 2018.