Muchas de estas cosas nos suenan a ciencia-ficción. Sin embargo, es probable que sean una realidad en apenas dos décadas. Al menos eso opina el futurólogo Ray Hammond, según explica en el informe ‘Vivir de forma súper inteligente: la casa de mediados del siglo XXI’, ofrecido por Allianz Partners.
Este experto pronostica que las viviendas se imprimirán en 3D directamente en su ubicación, incorporando conexiones de red y sensores en sus paredes. Aunque también habrá casas edificadas ‘a la vieja usanza’, con ladrillos, tejas, etc., pero construidas por robots. Todo ello reducirá los tiempos y costes de construcción. Hammond estima que estas casas costarán un 60% menos y se levantarán en apenas un par de semanas
Adelanta que las viviendas serán un hub dentro del Internet de las Cosas (IoT), concebido como una plataforma de software y robótica que proporcionará seguridad, comodidad, gestión del ambiente, servicios inteligentes y entretenimiento.
Esto será posible gracias a la tecnología 7G, que ofrecerá conectividad inalámbrica ultrarrápida, al menos 100.000 veces más veloz que la 5G. Hammond prevé que esta red permitirá crear entornos de realidad virtual multisensoriales y casi tan reales como el mundo físico. Asimismo, permitirán transferir rápidamente grandes archivos de diseño, haciendo que las casas inteligentes sean un centro de impresión en 3D con la capacidad de hacer ropa, juguetes, equipamiento deportivo, herramientas, etc.
Además, considera que el sistema de seguridad que protegerá estas casas inteligentes se basará en los datos biométricos de los ocupantes, gracias a las cámaras distribuidas por toda la propiedad y al software de reconocimiento facial, así como a los escáneres de iris, sistemas de reconocimiento de la voz y las huellas dactilares y sensores de movimiento.
Augura que los ladrones serán más cibercriminales que delincuentes oportunistas. No obstante, señala que no se interesarán en los bienes domésticos, ya que todos estarán conectados al IoT y serán rastreables, por lo que irán a por los datos almacenados en los centros de redes domésticas inteligentes. En este sentido, opina que el uso del cifrado cuántico estará muy generalizado y los sistemas serán mucho más difíciles de hackear.
Estas casas inteligentes también estarán totalmente equipadas con sistemas de seguridad como alarmas contra incendios, humo, gas y CO2, capaces contactar directamente con los servicios de emergencia. Y las redes de electricidad y de tuberías tendrán sensores integrados de mantenimiento preventivo, que vigilarán los posibles fallos y notificarán al centro de control de las casas inteligentes para llamar al reparador, incluso antes de que ocurra un mal funcionamiento.
Ya en la vida cotidiana, Hammond apunta que tendremos asistentes virtuales integrados en los espejos, así como sensores de diagnóstico en las habitaciones, que monitorizarán diversos parámetros de nuestra salud. Por ejemplo, estos sistemas podrían alertar en caso de notar anomalías en el sueño o en la forma de andar, si el inodoro detecta algo inusual, si el cepillo de dientes registra que tenemos fiebre o algo sospechoso en el aliento o si el sistema de gestión del aire localiza bacterias o virus.
El experto también cree que dispondremos de robots que nos ayudarán en la preparación de la comida, recogerán la casa o se ocuparán de todas las tareas de limpieza del hogar, más allá de la aspiración. Sin embargo, se aleja de la tradicional visión de los androides, con forma humana. Considera que en las casas habrá robots simples y dedicados a tareas específicas en todas las habitaciones de la casa. Asimismo, dispondremos de robots táctiles y parlantes que proporcionarán compañía a los ancianos o jugarán con los niños. En tales casos, apuesta por el desarrollo de robot con aspecto de mascotas.
Además, estas casas inteligentes serán viviendas mucho más eficientes, pues emplearán un 75% menos de energía y un tercio del agua que consumen actualmente, gracias al aprovechamiento de energías renovables y la reutilización de aguas grises. Todos los aspectos ligados con el consumo energético, la climatización, la calidad del aire, etc., serán manejados mediante asistentes de voz. Hammond incluso señala que los investigadores confían en que la tecnología de la casa inteligente se podrá controlar simplemente pensando en ello, si así lo desean sus dueños.
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