Este tipo de baterías podrían ser utilizadas por ejemplo en coches híbridos en los que se necesitan cargas rápidas para la aceleración del coche. El nuevo descubrimiento para fabricar estas baterías requiere cambios sencillos en el proceso de producción de las baterías de Ión-Litio.
Varios investigadores del MIT han creado una variante del Litio llamada Fosfato de Litio-Hierro que permite optimizar el movimiento de los iones y electrones y que precisamente tiene la ventaja de que las baterías creadas con esa nueva técnica se pueden recargar en apenas 20 segundos, comparadas con los 6 minutos de una batería que no había sido tratada con dicho procedimiento.
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