Canonical no se rinde: espera un teléfono Ubuntu a principios de 2014
Pese al fracaso del Edge, Canonical quiere lanzar un teléfono Ubuntu al mercado a principios del próximo año. Eso sí, el dispositivo carecerá de convergencia.
A pesar del fracaso de la ambiciosa campaña de crowdfunding para financiar el desarrollo del Ubuntu Edge, la CEO de Canonical, Jane Silber, insiste en los planes de la empresa para llevar un teléfono Ubuntu al mercado a principios de 2014. Silber aseguró que el futuro es propicio para la innovación.
El equipo de Canonical está empeñado en seguir ampliando las fronteras de la tecnología móvil. Concretamente, mediante el desarrollo del ambicioso concepto de la convergencia, que daría a los usuarios la capacidad de cambiar entre un sistema operativo móvil Android y uno Linux totalmente habilitado para escritorio. “Creo que la convergencia es el futuro. Puede tomar muchas formas”, vaticina Silber.
La convergencia era el principio del fallido dispositivo Edge. En principio, el smartphone de Ubuntu podría haberse conectado a un monitor externo a través de HDMI y agregar un ratón y un teclado a través de Bluetooth. De esa forma, cambiaba automáticamente a una versión completa de escritorio de Ubuntu OS. La idea era que, en movimiento, el Edge fuera un smartphone normal, pero en casa o en la oficina se convirtiera en un PC.
No obstante, la compañía ha preferido moderar sus ambiciones para poder tener en el mercado un smartphone el año que viene. “Creo que la experiencia de la plena convergencia con Ubuntu no estará disponible en la primera ronda de teléfonos de Ubuntu, que estamos preparando para el primer trimestre de 2014”, adelantó Silber a CNET. “Sólo teléfonos, no dispositivos totalmente convergentes para enchufar en su monitor”, puntualizó.
Tanto la CEO como el fundador de Canonical, Mark Shuttleworth, han mantenido en el último mes conversaciones con socios fabricantes que están cada vez más interesados en hacer realidad la idea de un teléfono con el sistema operativo basado en Linux. Así lo reconoció Silber: “Hemos estado en conversaciones con los grandes de la industria para aumentar las posibilidades de producción”.