Campaña antipiratería: “El P2P no es legal”
Esta es la tercera campaña organizada por el Ministerio de Cultura con gran fanfarria y profusión de publicidad en los medios, financiado claro, con el dinero de los contribuyentes. La misma se ofrecerá en televisión, radios, medios online o cartelería en universidades.
Campaña para “concienciar al ciudadano sobre el respeto a los derechos de los creadores y las industrias culturales”. Objetivo muy loable, pero que sigue cayendo en los mismos tópicos falsos que las dos anteriores y que no ofrece medida alguna, salvo amenazas y palo y tentetieso.
A este respecto y muy bien coordinado con el comienzo de la campaña, el ínclito presidente de la Sociedad de Autores, Teddy Bautista, reclama una nueva legislación europea contra la piratería digital. Ya sabes, suspensión del servicio de Internet a usuarios y cierre de webs de P2P y otras. Mientras tanto la sociedad con ánimo de mucho lucro se enriquece con el canon digital, por ejemplo con los que DVDs que compramos para usar con software libre.
¿Por qué no se rebaja el IVA de los impuestos de productos culturales? ¿Por qué no se evitan intermediarios y sociedades de derechos que se lo llevan crudo? ¿Por qué no se acuerda un sistema de canon que beneficie directamente a los autores en la venta de sus obras y que no tengamos que pagar los que no estamos interesados en sus creaciones? ¿Por qué no se apuesta por la Red para vender cultura a precios asequibles dejando a un lado el modelo arcaico de distribución actual? ¿Por qué no se utiliza el dinero de la campaña antipiratería para promover nuevos modelos de distribución? ¿Por qué no se utilizan los cientos de millones de euros que ingresa la SGAE para ayudar a jóvenes artistas que traigan la frescura que necesita la música y cine español?
Muchas preguntas sin respuesta. Mientras tanto, amplias y costosas campañas pagadas en plena crisis con el dinero de los ciudadanos, cuando las redes de intercambio de archivos y servicios de descarga directa están a tope de usuarios, subiendo al mismo ritmo que baja la credibilidad de las campañas de nuestro ministerio de Cultura patrocinadas por sus amigos de la SGAE.