Cámara digital JVC Everio MG50 [veredicto: prepárate, Scorsese, que voy]
No puedo esperar a que se eliminen para siempre las cintas de nuestras vidas. De hecho, no puedo esperar a que todo sea basado en memorias holográficas o cuánticas o cualquier cosa que suene a Star Trek, pero por el momento me conformo con las JVC Everio, una cámara con la que no hay que usar cintas gracias a su disco duro interno de 30 GBytes, una cantidad que permite grabar siete horas de vídeo a la mayor resolución posible. La Everio MG50 pesa 380 gramos (incluyendo la batería) y, repetid conmigo de nuevo: no hay que usar cintas. Es fácil de usar, apunta y empieza a grabar. Los únicos botones disponibles en el cuerpo de la cámara son los de grabación, zoom y el interruptor de encendido. Buena filosofía. Si abres el panel LCD tendrás acceso a funciones más complicadas: modos de fotografía y vídeo, borrado, menú general, luz e información. Hay controles manuales de exposición, balance de blancos, compensación de luz de fondo y velocidad del diafragma. Y al contrario que las antiguas cámaras de la serie MC, la MG50 utiliza una batería externa, con lo que no tendrás que abrirla para reemplazarla. En lo que a calidad se refiere, es excelente en condiciones de baja luminosidad, tiene buena separación de color y tonos precisos.
Pero lo mejor es que puedes comprimir vídeo en crudo en una tamaño más manejable para transferirlo directamente a DVD. Lo único malo, y bien malo, es que la batería sólo dura poco menos de setenta minutos, así que ya os podéis comprar una cartuchera como la de Zapata, mis cuates, y llenarla de baterías de repuesto para cuando salgáis a filmar vuestra versión de Ben-Hur.
JVC Everio MG50 Camcorder [Hardwarezone]