Caen los ingresos del mercado de biometría (pero se recuperarán en 2021)
Las preocupaciones de higiene vinculadas al reconocimiento dactilar, el aumento del teletrabajo y la reducción de presupuestos están detrás de esta caída.
La biometría, en algunos casos como el de la autenticación de la identidad, está ayudando a enfrentar la pandemia de coronavirus sin compartir la misma superficie entre diferentes personas. Así ocurre con el reconocimiento de voz y de rostro.
Pero con el reconocimiento de huellas es distinto. En su caso las preocupaciones de higiene emergen y golpean los ingresos generales de la biometría, con “una caída repentina en los envíos”.
ABI Research es quien alerta sobre esta situación. Explica que, a raíz de la expansión de la enfermedad, los ingresos mundiales por dispositivos biométricos caerán un 22 % hasta los 6600 millones de dólares. Esto significa dejarse por el camino 1800 millones. Eso sí, para 2021, el mercado debería recuperar su impulso. Y cuatro años más tarde, en 2025, sus ingresos deberían rondar ya los 40 000 millones de dólares, por lo que esta caída es solamente temporal.
“Las futuras inversiones en infraestructura de ciudad inteligente tendrán en cuenta la vigilancia adicional, el análisis del comportamiento en tiempo real y el reconocimiento facial para la investigación epidemiológica, la monitorización y los esfuerzos de respuesta a emergencias”, pronostica Dimitrios Pavlakis, analista de la industria de seguridad digital, lo que jugará a favor del mercado de biometría.
“El declive actual en el panorama del mercado biométrico se debe a múltiples retos de naturaleza gubernamental, comercial y tecnológica”, explica Pavlakis.
Además de lo que está ocurriendo con el reconocimiento dactilar, ABI Research apunta a las “reformas económicas durante la crisis” y a una reducción de presupuestos que han venido acompañadas de un mayor interés por “el control de daños, el bienestar del personal y la eficiencia operativa”.
“Los gobiernos tuvieron que retrasar o cancelar temporalmente muchas aplicaciones basadas en huellas dactilares relacionadas con el registro de usuarios/ciudadanos y pacientes, el control de acceso físico, la gestión de la fuerza laboral en las instalaciones y ciertas aplicaciones en el control de fronteras o en instalaciones civiles, asistenciales, de inmigración, policiales y correccionales”, indica Dimitrios Pavlakis.
Además, “las aplicaciones comerciales on-premise y el control de acceso sufrieron a medida que el aumento de los trabajadores remotos se convirtió en la nueva norma en la primera mitad de 2020″.