Cada vez descargamos menos apps: un 30 % de los británicos no descargan ni una aplicación al mes
La empresa de consultoría Deloitte acaba de publicar un exhaustivo informe sobre los hábitos de consumo de aplicaciones para dispositivos móviles de los usuarios británicos. Algunas de las conclusiones no pueden ser más chocantes si pensábamos que con la cantidad de usuarios de telefonía móvil que hay y la interminable sucesión de aplicaciones existentes y las que van saliendo cada día lo normal era que se descargasen muchas al cabo del mes. Pues parece que no es así.
Al menos en el caso de los hijos de la Gran Bretaña existe un tercio del conjunto de usuarios de dispositivos móviles que no descargaron ni una sola aplicación durante el último mes. Pero es que abundando en estos hábitos que desde luego no agradaran en absoluto a los desarrolladores de apps, nueve de cada diez usuarios no gastaron ni un penique en aplicaciones, es decir, que de esos dos tercios que sí instalan aplicaciones sólo uno de cada diez opta por instalar aplicaciones de pago.
En una entrevista concedida a la cadena televisiva CNN el profesor Michael Davies del Instituto Tecnológico de Massachussets y colaborador de Endeavour Partners efectúa una lectura en clave positiva de estos datos mencionando que la explicación estaría en la gran cantidad de recién llegados al mundo de los dispositivos móviles, quienes aún no han descubierto el valor intrínseco de las aplicaciones, es decir, el uso principal que una gran parte de los usuarios de smartphones y tablets requieren de estos dispositivos se limita a navegar por Internet, consultar el correo electrónico, reproducir contenidos multimedia y acceder a las redes sociales además de divertirse con algún juego concreto. Se trata de personas que probablemente no necesitan de estos aparatos tanto como pueden ofrecer al mismo tiempo que habría una protección importante de recién llegados que aún están aprendiendo a desenvolverse tanto con estos dispositivos como con sus respectivos entornos y plataformas.
La situación además tiene un elemento adicional de complejidad dado que el sector de desarrollo y programación de aplicaciones en los últimos años ha experimentado un crecimiento exponencial y da la sensación de que cada vez hay más comensales deseando disputarse un pastel que cada vez es más reducido y en el que cada vez más empresas están interesadas en lanzar el nuevo “Flappy Bird” o el nuevo WhatsApp, resultándoles además complicado hacerse notar en medio de tan dinámico mercado.
Mientras tanto y a pesar de que un importante número de usuarios ya tienen todas las apps que necesitan en su vida cotidiana cada empresa, cada servicio… paulatinamente desarrollara su propia aplicación y con una base creciente de usuarios de dispositivos móviles siempre habrá un público interesado en las mismas, aunque probablemente sea una labor complicada para un sector, el de desarrollo de aplicaciones, que ya ha creado un millón de puestos de trabajo.
Davies divide las aplicaciones en “las que tienes que tener” y “las que son divertidas”. La primera categoría determina con mayor peso tanto el dispositivo que tenemos como las aplicaciones que necesitamos para nuestra vida personal o profesional en el que habrá probablemente un universo de aplicaciones que usemos más reducido y con una evolución más lenta mientras que la segunda categoría, que para algunos usuarios puede ser la más importante si es un uso lúdico el que conceden a smartphones y tablets, presenta un abanico mucho más amplio de opciones y en la gran mayoría de los casos se trata de aplicaciones gratuitas aunque luego haya un número importante de las mismas que introduzca mecanismos adicionales de pago a los que no todos los usuarios acceden.
vINQulo