Burbuja “puntocom”, ¿volumen II?
Es la noticia de la semana: Facebook ha presentado por fin los papeles para registrar su Oferta Pública de Venta (OPV), lo que le permitirá empezar a cotizar en bolsa esta primavera con una recaudación máxima de 5.000 millones de dólares y una valoración total estimada de 100.000 millones. En otras palabras, cuando se complete el intercambio de acciones se convertirá casi en la mayor salida al parqué de una compañía tecnológica en toda la historia. Incluso más rentable que la de Google.
Porque ni el todopoderoso buscador fue capaz de romper esquemas en su debut bursátil. Ya en el año 2000 la alemana Infineon Technologies había fijado el listón en los 5.900 millones de dólares y por esas mismas fechas el proveedor de Internet World Online International NV recaudaba 2.800 millones. Pero lo que sí hizo fue allanar el camino para que otros negocios relacionados con la red se atreviesen a dar el salto a Wall Street tras el infame estallido de las “puntocom” cuatro años antes. Sin ir más lejos, 24 de las 335 OPVs realizadas durante el año fiscal 2011 correspondieron a nombres harto conocidos como Zynga, Groupon, Pandora y LinkedIn.
Y es que el modelo se repite una y otra vez. Todas las empresas de Internet están cayendo en las garras del mercado con ofertas espectaculares e inicios prometedores. Tanto que algunos estrenos no han hecho otra cosa que resucitar el fantasma de la burbuja abanderada por Netscape. ¿La culpable? La revalorización de las acciones de LinkedIn en un 109% durante su primera jornada, con picos del 171%. Esto significó dispararse desde los 45 dólares por título de su OPV hasta los 94,25 dólares del cierre, aunque en la actualidad la red social para profesionales cotiza en unos más discretos 66,91 dólares.
Quienes también han sabido sacar tajada son el servicio de información financiera Bankrate y los portales Zillow, orientado al sector inmobiliario, y Angie’s List, que aglutina críticas y recomendaciones. Con crecimientos del 58%, 42,2% y 13,23%, se suman por este orden al exclusivo club de las empresas 2.0 afortunadas, ya que no todo son números verdes. Ni mucho menos. Los analistas calculan que un 60% de las OPVs relacionadas con el mundo online se ha desplomado por debajo de su precio de colocación desde 2011 y que el 80% también lo ha hecho respecto a su primer cierre bursátil.
La mayoría de las firmas online, en picado
Es el caso de Groupon y Zynga, que iniciaron su andadura por 20 y 10 dólares la acción, respectivamente. Si la compañía de descuentos y cupones ha perdido el tirón de las primeras semanas cuando captó 700 millones de dólares y a día de hoy se deja ya casi dos puntos porcentuales respecto a su precio de partida, la desarrolladora de los juegos FarmVille y Mafia Wars sigue luchando por mantenerse por encima de los 8 dólares, tras perder casi el 20% de su valor de mercado.
Otras compañías a las que les está costando Dios y ayuda demostrar su valía a los inversores son Demand Media, matriz de eNom, (-60,4%), la red social china Renren (-54,9%), Boingo Wireless, que se dedica a comercializar conexiones Wi-Fi en todo el mundo (-40,2%), el fabricante de auriculares y reproductores musicales Skullcandy (-30,01%), el buscador ruso Yandex (-19,04%) y la radio online Pandora (-14,62%). Por el mismo camino van Fusion-io y sus soluciones de almacenamiento (-4,32%) y Zipcar con su modelo de coches compartidos (-1,5%), que tampoco consiguen remontar el vuelo. Y, sin duda, uno de los fiascos más notables es el de la propietaria de Penthouse, FriendFinder Networks, que después de haber cancelado dos tentativas de OPV en 2008 y 2010, no ha tenido más que disgustos en su lanzamiento definitivo con un retroceso del 87,1%.
En este punto los expertos se debaten entre defender que todas estas firmas cuentan con un modelo de negocio sólido y criticar que sus valoraciones no se corresponden con ingresos y beneficios reales. Aunque lo cierto es que la generalización de la banda ancha en los hogares y el ascenso de smartphones y tabletas está potenciando el consumo de contenidos a través de Internet a marchas frozadas, algo que las industrias de la publicidad, el entretenimiento y el comercio electrónico deberían aprovechar. De momento, valientes como Spotify, Dropbox, Yelp, LivingSocial y Kayak ya preparan su incursión en el impredecible mundo de la bolsa.