Bruselas da carpetazo al caso Microsoft-Time Warner
Tras la entrada del grupo Thomson en la operación, se desvanece la posibilidad de que Microsoft refuerce posiciones dominantes en la protección de productos digitales.
La Comisión Europea ha cerrado la investigación sobre la operación de Microsoft y Time Warner con la que pretendían compartir el control del fabricante de software contra la piratería ContentGuard. El carpetazo se produce tras la entrada en la operación del grupo francés Thomson, que adquirirá un tercio de ContentGuard, y que provoca que ninguno de los accionistas posea el control mayoritario del fabricante de software.
La posibilidad de que Microsoft cree o consolide una posición dominante en el mercado de la protección de productos digitales ya no existe, tal y como temía la Comisión y siendo el motivo por el que decidió abrir una investigación de la operación.
Aunque Thomson anunció en noviembre de 2004 su intención de participar en esta transacción, su entrada no se ha producido hasta el pasado 11 de marzo. Esta participación hace que Microsoft “ya no pueda imponer una política de concesión de licencias que permita perjudicar a sus competidores en el mercado de protección de productos digitales, donde la empresa de Redmond ya es el proveedor principal” según un comunicado de la Comisión.
Después de examinar si el reglamento comunitario sobre concentraciones era aplicable a la nueva transacción en la que se asocia Thomson, los servicios de la Comisión han concluido que no es posible y se ha cerrado el procedimiento. No obstante, el Ejecutivo comunitario señala que continuará siguiendo “de cerca” la evolución del sector de la protección de productos digitales y, en caso necesario, se reserva el derecho de adoptar las medidas según las reglas comunitarias sobre concentraciones y abuso de posición dominante.
La operación original, notificada en Bruselas el 12 de julio, planteaba la adquisición conjunta de ContentGuard por Microsoft y por el grupo Time Warner, que compraría las acciones de Xerox. Tras un examen preliminar, los servicios de Competencia comunitarios estimaron que la operación podía atentar contra las reglas de competencia y decidieron abrir una investigación en profundidad, ahora cerrada tras la entrada de Thomson.