Bruselas lanza un aviso a las grandes teleoperadoras
La idea de una Europa en la que se separen los operadores históricos de
telefonía toma cuerpo en el seno de la Comisión Europea. Todo viene a raíz de
una proposición de la comisaria Viviane Reding, que aboga por obligar a las
compañías de telecomunicaciones que actúan en una situación prácticamente de
monopolio a dividirse en dos marcas. Una para los servicios y otra para la
conexión, afin de que la competencia pueda utilizar sus infraestructuras.
Asimismo, la CE pretende disminuir la brecha existente entre los diferentes
países europeos en cuanto a penetración de la banda ancha; ante lo que podrían
tomar la medida de una regulación de precios similar a la impuesta sobre las
tarifas del roaming móvil a principios de este año.
Así, a falta de casi un mes (19 de noviembre), para la elaboración del nuevo
marco regulatorio de telecomunicaciones, la advertencia lanzada por la comisaria
Reding a directivos del sector reunidos en Atenas ha levantado una gran
polvareda a su paso.
El objetivo de dicha medida sería el permitir una mayor competencia que
provoque una bajada de precios para el consumidor. Pero esta proposición ha
levantado ampollas, además de en las grandes compañías telefónicas, en la
propia Comisión Europea. “Esta separación funcional es una aberración que no es
sólo superflua, sino que es fácilmente domable”, ha criticado la comisaria
Neelie Kroes.
La última palabra la tendrán los parlamentarios europeos, que debrán votar el
marco regulatorio en noviembre entre las fuertes presiones del lobby de las
grandes empresas de las telecomunicaciones.