La brecha de género también se extiende a la IA
La brecha de género en el campo de la IA es muy considerable, tanto en el ámbito laboral como de la investigación. ¿Cuál es el origen de esta desigualdad? ¿Qué consecuencias tiene? ¿Y cómo se podría reducir?
Llevamos tiempo hablando acerca de la brecha de género en el sector tecnológico. Y ahora, con la irrupción de la IA, descubrimos un nuevo gap que conviene corregir cuanto antes.
“La brecha de género en el ámbito de la IA refleja, en gran medida, las desigualdades en el sector tecnológico en general que existen en la actualidad. Tradicionalmente, este campo ha estado dominado por hombres, lo cual se puede observar en una menor presencia de mujeres, tanto en la educación STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) como en carreras profesionales relacionadas con la IA. Aunque no existen estudios cuantitativos actualizados, es fácil comprobar que la brecha de género persiste, lo cual sugiere que la brecha va a ser igual, o incluso mayor, en el ámbito de la IA, debido a la rápida evolución y la especialización requerida en esta área”, advierte Marta Graño, profesora de Liderazgo e Innovación de OBS Business School y autora del ‘Informe sobre brecha de género en la era de la Inteligencia Artificial’.
Por ejemplo, hace algunos meses contábamos que las mujeres ocupan en España un tercio (34%) de los puestos STEM y que los hombres tienen 1,8 veces más probabilidades que las mujeres de trabajar en ocupaciones de estos ámbitos. Además, aunque ahora el número de mujeres que se gradúan en áreas STEM es mayor, no todas terminan desempeñándose laboralmente.
La brecha en el ámbito de la IA es aún mayor que la ya existente en el sector tecnológico. Salomé Valero, responsable del área de Aplicaciones, Datos e Inteligencia Artificial de Kyndryl España y Portugal, apunta algunos datos que ponen de manifiesto la brecha de género en la IA. “Según la UNESCO, sólo el 30% de los académicos investigadores en el campo de la IA son mujeres. Y esta proporción disminuye drásticamente al 11% cuando se trata de cargos directivos”, denuncia.
“Estas cifras también se observan en el sector laboral. El Foro Económico Mundial señala que menos del 25% de los especialistas en IA son mujeres, mientras que en áreas específicas como la computación en la nube y la ingeniería la representación femenina es aún menor, con sólo el 14% y el 20%, respectivamente”, añade.
Causa de la brecha de género en la IA
Las causas que explican esta brecha de género en el campo de la IA son diversas e incluyen factores socioculturales, educativos y estructurales. “Una de las causas puede ser la falta de representación de mujeres en las disciplinas STEM, que ha creado un déficit en el talento femenino en el campo de la IA. Según la Unesco, actualmente, sólo el 22% de los estudiantes de STEM, menos del 30% de los trabajadores STEM y menos del 30% de los investigadores científicos en el mundo son mujeres”, declara Elena Viniegra, directora de Cloud de EMEA y Latam de NetApp.
“Igualmente, existen sesgos de género arraigados en los procesos de contratación y promoción que pueden favorecer involuntariamente a los hombres sobre las mujeres, perpetuando así la desigualdad en el lugar de trabajo”, apunta.
La profesora de OBS Business School coincide con ella, extendiendo estos sesgos más allá del ámbito laboral. De este modo, considera que “existen numerosos obstáculos que pueden dificultar el acceso y la progresión de las mujeres en la IA, desde sesgos educativos y en el proceso de admisión hasta prácticas de contratación y promoción en el lugar de trabajo”.
Además, Valero habla de “la falta de modelos a seguir femeninos en el campo de la tecnología, unido a una cultura laboral predominantemente masculina y estereotipos sobre las capacidades de las mujeres en áreas tradicionalmente dominadas por hombres”.
Graño también incide en esta falta de referentes. “La escasez de mujeres visibles y reconocidas en el campo de la IA puede disminuir la aspiración y la motivación de las mujeres jóvenes”. Asimismo, se detiene en la barrera que suponen los estereotipos de género. “Los roles y expectativas de género tradicionales pueden desanimar a las niñas y mujeres jóvenes de perseguir intereses en campos tecnológicos y científicos”.
Por otro lado, Viniegra remarca que “las culturas organizativas que no son inclusivas para las mujeres pueden desalentar su participación en el campo de la IA, lo que resulta en una menor representación en equipos de desarrollo y liderazgo”.
En definitiva, podemos concluir que la base de este desequilibrio es cultural. “Esta brecha de género en tecnología viene del mismo sitio que en el resto de profesiones: por cultura y patriarcado. La cultura ha masculinizado estos trabajos. Por ejemplo, el trabajo del desarrollador es un trabajo históricamente masculinizado. Es un trabajo de foco y no de enfoque. Por eso, las mujeres se sienten menos atraídas a realizarlo. Esto no va a cambiar por arte de magia y, desgraciadamente, cada vez hay menos mujeres en estos puestos de trabajo. Esta línea seguirá así si no le damos la vuelta. Ahora mismo, para cualquier trabajo, usamos herramientas tecnológicas lo que hace que la tecnología se democratice, pero los puestos técnicos siguen siendo masculinos”, lamenta Fabiola Pérez, CEO y cofundadora de MIOTI Tech & Business School.
Consecuencias de la brecha
La primera consecuencia y más evidente es la infrarrepresentación de la mujer en la investigación y desarrollo de la IA, así como en los empleos especializados en esta tecnología.
“Los trabajos tecnológicos son los más valorados y los que tienen sueldos más altos. Es decir, es otra forma de encubrir una brecha salarial. Si las mujeres no están en esas profesiones —que además son profesiones de crecimiento exponencial— para posicionarse en una situación interesante a la hora de crecer en esta industria, obviamente, se quedan atrás en lo salarial”, subraya Pérez.
Pero la brecha de género existente en el ámbito de la IA no sólo comporta un desafío desde el punto de vista de la igualdad laboral, sino que también puede otras consecuencias muy graves.
“Más allá de la desigualdad laboral, la brecha de género en la IA puede tener consecuencias como los sesgos en los algoritmos y sistemas de IA y una limitación en la innovación”, alerta Graño.
“Si los datos históricos con los que se entrena la IA son sesgados o contienen estereotipos, éstos se van a perpetuar”, afirma. Además, recalca que “la falta de diversidad en los equipos de desarrollo de IA puede llevar a la creación de sistemas con sesgos integrados, lo que repercute negativamente en la equidad y la justicia social”.
De igual modo, Valero hace hincapié en la necesidad de conformar equipos de desarrollo más diversos, que “pueden identificar y abordar mejor los sesgos, creando tecnologías más equitativas y justas para todos”, gracias a sus “diferentes perspectivas, experiencias y enfoques en el proceso de toma de decisiones”. “Al abordar la brecha de género, los desarrolladores pueden trabajar para identificar y mitigar estos sesgos, creando algoritmos más imparciales que no favorezcan a un género sobre otro”, agrega.
Por otro lado, la profesora de OBS Business School recuerda que “la diversidad fomenta la innovación”. “Una menor participación de las mujeres puede limitar la variedad de perspectivas y creatividad en el diseño y la implementación de soluciones tecnológicas”, aclara.
“Se pierde la perspectiva de la mitad de la población, y esto es un problema”, añade la responsable de MIOTI. Asimismo, Viniegra pone el acento en el “desaprovechamiento del talento femenino”. “Las mujeres tienen habilidades y perspectivas únicas que pueden aportar a la innovación y el desarrollo tecnológico. Sin embargo, cuando se les niega el acceso o se las desalienta a ingresar a estas áreas, se pierde la oportunidad de beneficiarse de su creatividad, habilidades analíticas y capacidad para resolver problemas”.
¿Qué deberíamos hacer?
La profesora de OBS Business School indica algunas medidas que considera que podrían ser efectivas para incrementar la presencia de mujeres en el ámbito de la IA, recogidas en su informe.
Lo primera es la educación inclusiva. “Promover la educación en STEM desde edades tempranas, con un enfoque basado en eliminar estereotipos de género”.
Además, insiste en la importancia de la divulgación y sensibilización. “Hay que utilizar campañas de concienciación y divulgación para destacar los logros y contribuciones de las mujeres en IA. Esto ayuda a desafiar estereotipos y atraer a más mujeres hacia la disciplina”.
También recomienda poner en marcha programas de mentoring y acompañamiento “que conecten a mujeres jóvenes con profesionales exitosas en el campo de la IA”. “Las mentorías ofrecen orientación, apoyo y una visión práctica de las oportunidades y desafíos que enfrentan las mujeres en la industria”, especifica.
Asimismo, cree que es fundamental “divulgar los datos sobre brecha de género”. “Frente a las diferencias que persisten, hay que mostrar la información estadística y científica relevante, mostrar la realidad, para que la sociedad sea consciente de que queda todavía mucho camino por recorrer. Porque las personas podemos tener opiniones distintas, pero no podemos tener datos distintos”, comenta.
Además, la responsable de NetApp opina que “es necesaria una gobernanza ética de los sistemas y herramientas de IA”. “Además de leyes y políticas específicas, tenemos que capacitar a las personas que desarrollan y utilizan estas tecnologías, además de involucrar y empoderar a los más jóvenes para que se conviertan en agentes de la igualdad de género”, precisa.
Igualmente, señala que se deberían “revisar y ajustar los prompts que damos a los sistemas de IA para garantizar que reflejen perspectivas de género equitativas y sin prejuicios”. “Al proporcionar roles femeninos y orientaciones libres de sesgos, podemos obtener resultados de mejor calidad y más alineados con un mundo inclusivo y diverso”, aclara.
También hace hincapié en que “es necesario contar con el apoyo financiero, la voluntad política y la participación activa de mujeres en los espacios donde se diseñan y regulan las herramientas de IA”. “Esto garantiza que se incorporen diversas perspectivas y experiencias en el proceso de toma de decisiones, lo que contribuye a una gobernanza más ética y equitativa de la IA”, valora.
Por otro lado, la CEO y cofundadora de MIOTI, piensa que esta brecha en la IA se podría atenuar proporcionando más aplicabilidad a la tecnología y poniendo las herramientas en sí mismas al alcance del máximo número de mujeres posible”-
En este sentido, considera que la IA generativa podría ser el catalizador necesario. “Desde el punto de vista del uso de la IA generativa de forma democratizada, podemos verla como un facilitador del cambio de la presencia femenina dentro de las profesiones tecnológicas en todas las industrias. Antes, quizás teníamos miedo de acercarnos a la tecnología y ese podría ser uno de los motivos de la brecha de género. Pero ahora, con la IA generativa, la realidad es que la tecnología es más cercana”, explica.
“La IA generativa se convierte en un facilitador de pensamiento creativo. Igual que hemos visto acortarse mucho la brecha de género en especialistas de UX/UI, diseño gráfico o incluso diseño de videojuegos, que pueden ser considerados estudios STEM, con IA generativa vamos a ver también esa mejora en la brecha de género. La IA generativa no deja de ser una tecnología que se ha democratizado recientemente con la llegada de ChatGPT, así que todos partimos desde cero. Y esto puede escalar a todos los niveles”, agrega.
¿Qué se está haciendo?
Graño reseña que “en España existen iniciativas dirigidas a fomentar la participación de las mujeres en la tecnología y la IA, como MujeresTech y #SheMeansBusiness, programas y redes sociales que buscan inspirar y conectar a mujeres interesadas en la tecnología; o WomanTechOver, una iniciativa que promueve la visibilidad y el reconocimiento de las mujeres en el sector tecnológico”.
Valero habla de las iniciativas que está desarrollando Kyndryl en esta dirección. “Recientemente, hemos desarrollado talleres de iniciación a la robótica y la programación dirigidos a niñas y niños en Madrid y Barcelona, en colaboración con la Fundación United Way. Estos talleres son una parte integral de nuestros esfuerzos para apoyar y fomentar el talento femenino en el campo de la tecnología”, detalla.
Además, indica que la compañía fomenta “una cultura inclusiva y conectada” y trabaja en la construcción de “equipos diversos y representativos en todos los niveles y regiones geográficas” de la empresa. Asimismo, cuenta con los Kyndryl Inclusion Networks, grupos que ofrecen un entorno de apoyo para sus miembros y contribuyen al avance de sus respectivas comunidades.
NetApp también cuenta con iniciativas para promover la educación en tecnología y la alfabetización de datos como herramientas para abordar la brecha de género, como su programa ‘Exploradores de Datos’. “Ofrece a los estudiantes la oportunidad de profundizar en los datos relacionados con la educación y reflexionar sobre su propio contexto en el aula. A través de este proceso, pueden desarrollar conclusiones sobre lo que les gustaría cambiar en la educación, lo que les empodera para tomar acción y contribuir a mejorar su entorno educativo”.
Además, explica que la compañía asume la responsabilidad de promover una mayor diversidad demográfica, física y cognitiva en su entorno laboral, “creando oportunidades que fomentan la diversidad, equidad, inclusión y pertenencia a diario”. “Nuestra cultura de inclusión es una realidad palpable, que promueve un ambiente laboral inmejorable”, declara.
Por su parte, Pérez anota que MIOTI trabaja con diferentes asociaciones de mujeres en tecnología “para poner de manifiesto la oportunidad que supone la IA y, sobre todo, la IA generativa, para todo tipo de departamentos y colectivos”.
“Tenemos la responsabilidad de incentivar de forma directa que las mujeres estudien carreras tecnológicas e incentivar a las niñas de alrededor de 14 años para que vean la tecnología atractiva es fundamental. Por eso, estamos organizando jornadas, talleres y encuentros con niñas y mujeres tecnólogas y emprendedoras en nuestro campus”, destaca.