La brecha de disponibilidad cuesta 21,8 millones de dólares al año a las empresas
Un 82% de empresas registra una notable desconexión entre lo que sus departamentos TI ofrecen y lo que demandan los usuarios.
El interés del entorno corporativo en la digitalización no se corresponde con los esfuerzos que se hacen en este proceso. Simplificando, podría decirse que las empresas son conscientes de la importancia de adaptarse a las nuevas tecnologías, incluso que realizan planes para ello, pero que no terminan de dar el paso.
Este desajuste es el que está detrás también de la diferencia entre las expectativas de los usuarios en relación al acceso a servicios sin interrupciones, y lo que los departamentos de TI de las compañías les ofrecen. Esto es lo que se conoce como brecha de disponibilidad, que un 82% de empresas reconoce sufrir.
Son datos de la firma de soluciones de disponibilidad Veeam Software, que cifra en 21,8 millones de dólares el impacto en los resultados de cada empresa por año. En su informe sobre disponibilidad de 2017, la firma ha encuestado a más de mil directores de departamentos TI de 24 países distintos.
Según estos datos, hay un gran interés por la innovación, ya que un 96% de los participantes dicen tener planeadas iniciativas de transformación digital. El 69% consideran clave para este proceso, precisamente, la disponibilidad, entendido como la posibilidad de acceder de forma ininterrumpida a los servicios que el departamento tecnológico de la empresa suministre.
Pero determinadas circunstancias obstaculizan el correcto desarrollo de esta relación, como fallos en la infraestructura o ciberataques. Estos tiempos de inactividad se traducen en gastos que, además, se han incrementado respecto al año pasado. En concreto, son 16 millones más que lo que se tasaba en el informe de 2016.
Más allá del desembolso económico hay otros efectos adversos para las empresas de no proveer sus servicios al nivel que el usuario demanda, como la pérdida de confianza del cliente o los daños a la marca. Entre un 50 y 40% de los encuestados han reconocido este tipo de consecuencias.