Todo lo que siempre quisiste saber sobre los seguros para profesionales tecnológicos

Basta un error humano o el extravío de información para que una empresa de tecnología acabe demandada por un cliente y se vea obligada a afrontar pérdidas millonarias, a nivel de imagen, en horas de productividad y desde el punto de vista puramente económico.

El incremento de las inversiones y la popularización de dispositivos conectados, aplicaciones y servicios digitales por todo el tejido empresarial conlleva la aparición de nuevos riesgos, además de la proliferación de nuevas profesiones. Diferentes tipos de catástrofes ponen a los profesionales del sector TIC en el ojo del huracán.

Entre los casos más habituales se encuentran el fallo involuntario de algún trabajador, por acción u omisión, y los actos malintencionados totalmente voluntarios. Esto es, lo que se conoce como infidelidad de los empleados, que acaban generando severos perjuicios a terceros.

También se pueden producir pérdidas de documentos, o de personas que desempeñan un papel crítico en el buen funcionamiento de la empresa, y que estas afecten a la actividad.

La lista de casuísticas por las cuales, como profesional TIC, te pueden demandar es larga: problemas ocasionados por los productos desarrollados como daños personales, errores en la web, transmisiones negligentes de virus, violaciones de la confidencialidad, difamaciones e infracciones de los derechos de propiedad intelectual que pueden derivar en competencia desleal.

Una empresa también puede necesitar cobertura por el incumplimiento involuntario de los términos escritos del contrato o requerir retroactividad ilimitada para cubrirse las espaldas ante trabajos realizados con anterioridad al sellado de la póliza, ya que los errores en sí podrían no haber perdido vigencia.

La disputa sobre contratos con sus clientes es un riesgo importante para las organizaciones y, para su desgracia, uno que se repite con demasiada frecuencia. Cerca del 70 % de las reclamaciones que se realizan a las compañías surgen por disputas que tienen que ver con los contratos que se han firmado y al final no se cumplen.

Los números constatan que la industria tecnológica se topa con la negativa por parte de sus clientes a pagar por servicios prestados y productos entregados muchas más veces de las que se podría esperar. Esto genera frustración, preocupación y, en definitiva, un problema de dimensiones colosales en finanzas.

Pero se trata de un problema que tiene solución. Con un seguro adecuado en su poder, las organizaciones pueden evitar quebraderos de cabeza.

La aseguradora se encargará de negociar con la otra parte y de buscarle una salida sencilla al conflicto lo antes posible. Las conciliaciones se saldan con el pago de facturas pendientes para evitar consecuencias más costosas.

Hiscox domina este terreno. Ofrece la cobertura Hiscox RC TIC, un seguro de responsabilidad civil profesional que está pensado específicamente para consultores y trabajadores del campo de la informática y la tecnología, como desarrolladores de software, diseñadores de páginas, registradores de dominios y vendedores e instaladores de hardware, entre otros profesionales.

Este grupo asegurador de prestigio internacional ofrece servicios que compañías generalistas no suelen ofrecer. Es un especialista en apaciguar tormentas, que cuenta con conocimiento único sobre el sector tecnológico para cubrir la responsabilidad civil profesional como parte del negocio.

Grandes ventajas

La propuesta de Hiscox da cabida a empresas de todo tipo. Los profesionales que busquen asegurarse pueden acceder a uno de los equipos más dedicados y con mayor experiencia que existen a nivel internacional. Sus expertos en tecnología, con amplio recorrido en el mercado de los seguros, así como su plantilla de abogados, se adecúan a las necesidades de cada sector.

A esto hay que añadir la sensibilidad comercial en el manejo de las reclamaciones, lo que ayuda a proteger las relaciones entre personas.

Las pólizas de seguro se confeccionan a medida y pueden modificarse con nuevos detalles en cualquier momento. Además, Hiscox RC TIC permite suscribir cualquier tamaño de riesgo, ya sea por actividad que se lleva a cabo en España como en el extranjero.

En caso de siniestro, tanto la tramitación como el pago del importe se realizan con agilidad. El acuse de recibo y la solicitud de intervención pericial tienen lugar dentro de las 48 horas posteriores a la declaración. El pago ocurre también en un plazo máximo de 48 horas, a partir del acuerdo definitivo.

La filosofía de gestión de Hiscox pasa por resolver las reclamaciones de manera rápida y activa, extrajudicialmente siempre que haya opción. De este modo, será posible contener el impacto de las pequeñas reclamaciones en el negocio. Con la sabiduría que dan los años de trabajo en el sector, esta aseguradora es capaz de ahorrar millones de euros y meses de tiempo perdido en demandas.

Esto por no hablar de que deshace problemas con el flujo de caja y los planes de inversión, evita interrupciones de las operaciones y la distracción del personal respecto a su actividad principal, no permite que se infrinjan lesiones en la moral de los empleados y diluye posibles efectos negativos en la posición competitiva. Es todo tan fluido que ni clientes ni socios tienen tiempo para sacar conclusiones precipitadas.

Los interesados en conocer más sobre la cobertura de Hiscox RC TIC pueden obtener un presupuesto orientativo a través del tarificador web de la aseguradora.