Cómo elegir el mejor portátil para trabajar desde casa… o desde cualquier lugar
Elegir un portátil para trabajar desde casa, desde la oficina o cuando se viaja puede ser todo un desafío. Por ello, a continuación te mostramos algunos de los aspectos que debes tener en cuenta y los complementos que pueden mejorar tu experiencia y productividad en las tareas más comunes o en las reuniones mediante videoconferencia.
La tímida y sectorial introducción que hasta ese momento había del teletrabajo en algunos sectores avanzó lustros en apenas unas semanas, y además alcanzando a gran variedad de trabajadores. Si el mercado del ordenador de sobremesa llevaba años limitándose de manera casi exclusiva a entornos de oficina y profesionales que necesitaban equipos muy específicos necesitados de gran potencia o mayor facilidad para actualización de componentes, la generalización del teletrabajo ha terminado de potenciar aún más si cabe el mercado del ordenador portátil, y ahora gracias los comparadores online es más fácil encontrar los mejores portátiles calidad precio.
Junto a la innegable versatilidad de este formato para su transporte, se suma la facilidad para poder utilizarlo, dentro del hogar, en diversas ubicaciones, algo que fue también un requisito indispensable durante el confinamiento cuando los distintos miembros de una misma familia tenían que compatibilizar sus obligaciones laborales o académicas con entornos no específicamente preparados para largas horas de uso del ordenador.
La mesa del comedor, la encimera de la cocina, el sillón del balcón o el sofá se convirtieron en entornos en los que sólo el ordenador portátil podía cumplir los requisitos para poder trabajar con cierto desempeño y con la máxima comodidad posible.
Un portátil para cada necesidad, un portátil para cada usuario
Casi para cada necesidad existe un ordenador portátil que se adapta a la perfección a los requerimientos del usuario, y por eso resulta tan importante contar con un lugar específicamente preparado para ofrecer una amplia gama de ordenadores portátiles donde seleccionar el más adecuado. Es lo que ocurre con la web queportatilcomprar.net, donde se ofrece un completo catálogo de este tipo de ordenadores, en los que cabría distinguir distintos tipos de uso y, por tanto, distintos tipos de portátiles.
Por un lado habría que determinar el tamaño de pantalla necesario. Esto dependerá de si por la visualización de las aplicaciones, herramientas y datos en pantalla es necesario un gran tamaño de la misma y de si se va a recurrir o no a un monitor externo adicional (o varios). Si es el segundo caso podría bastar con el tamaño más reducido habitual en las pantallas de los portátiles, existiendo dispositivos desde 10 pulgadas de diagonal. Si es requerimiento imprescindible una gran pantalla y no hay posibilidad de emplear un monitor externo habrá que recurrir a los modelos de mayor tamaño, a partir de 15 pulgadas, existiendo incluso algunos modelos que alcanzan las 17 pulgadas de diagonal. En estos últimos casos hay que valorar también la consustancial limitación a la portabilidad de equipos que son más grandes y pesados.
También será muy importante seleccionar un portátil cuya potencia sea capaz de adaptarse al trabajo que se va a realizar con él. Aunque los equipos de sobremesa suelen tener más fácil el alcanzar mayores potencias hay portátiles que no tienen nada que envidiar (e incluso superan) a las estaciones de trabajo más potente. Aquí habrá que fijarse tanto en el tipo de procesador y la memoria RAM instalada, además de la presencia de tarjetas gráficas dedicadas, como en lo resultados que los distintos benchmarks arrojan sobre el rendimiento de estos equipos en los que los precios suelen ir en consonancia con la mayor potencia. Para profesionales del diseño o de la edición de fotografía y vídeo serán los equipos más indicados.
Si no es necesaria una excesiva potencia existe una alternativa muy interesante: los Chromebook. Se trata de ordenadores portátiles cuyo sistema operativo es Chrome OS, un SO ligero desarrollado por Google, compatible con Android (lo que permite instalar apps de este sistema operativo móvil) y que suelen tener unos precios muy asequibles. Para tareas de ofimática, gestión de documentos sencillos, videoconferencias, gestión de correos electrónicos y uso de plataformas de mensajería y conexión a equipos remotos mediante plataformas como Team Viewer son equipos más que suficientes. De hecho durante los primeros compases del confinamiento aumentaron las ventas de estos equipos que, por su sencillez, también permitían afrontar tareas educativas en hogares donde era necesario disponer de varios equipos.
Complementos: No es bueno que el portátil esté solo
Más allá del propio ordenador portátil hay una serie de accesorios, de uso habitual u ocasional, que permiten mejorar la experiencia de uso, añadir un plus de calidad al trabajo o al desempeño o simplemente hacer más cómoda la utilización.
Por un lado existen dispositivos complementarios que pueden convertir el portátil en una completa estación de trabajo para quienes se vean limitados por las pantallas de menor tamaño de estos equipos, que, como máximo, suelen alcanzar las 16/17 pulgadas.
El trabajo con varios monitores puede llevarse al uso de un portátil por distintas vías puesto que todos permiten la conexión de al menos un monitor auxiliar, existiendo algunos modelos que permiten usar más de uno. Aquí ya la configuración dependería de diversos factores y se amoldaría a las necesidades del usuario: portátil más un único monitor auxiliar, que éste se use como monitor único dejando el portátil incluso cerrado (para ocupar menos espacio) sobre el escritorio, uso del monitor del portátil como pantalla secundaria…
En el caso de necesitar, por ejemplo, dos monitores de gran tamaño y que el ordenador portátil actuase simplemente como núcleo del sistema, prescindiendo por completo de su propia pantalla, habrá que asegurarse de que el portátil disponga de las conexiones compatibles con está configuración y que además el propio sistema operativo (o el procesador y el sistema gráfico) lo permita.
Tanto en estos casos mencionados, como cuando se trabaja con el ordenador portátil sin monitores auxiliares, resulta aconsejable en casos en los que se vaya a introducir mucho texto, valerse de un teclado independiente. Estos suelen ser más ergonómicos, en caso de dañarse una tecla pueden ser más fácilmente sustituibles o reparables y, en líneas generales, soportan mucho mejor el castigo de largas sesiones de tecleo.
Aquí la recomendación podría ser la de fijarse en teclados inalámbricos, por despejar de cables el espacio de trabajo y facilitar el transporte de un lugar a otro del dispositivo, pero a cambio hay que tener en cuenta que aunque suelen disponer de una autonomía de meses en algún momento habrá que cambiarle las pila o recargarle la batería interna, según el caso.
Tanto si se emplea teclado auxiliar como si no, puede haber usuarios que prefieran, frente a los touchpads o superficies táctiles presentes en los ordenadores portátiles, emplear un ratón, que puede ser también más ergonómico o simplemente replicar la experiencia de quien esté acostumbrado a este periférico si en la oficina suele trabajar con un ordenador de sobremesa. Y, de nuevo, al igual que hay un portátil para casi cada necesidad, también hay un ratón para cada usuario, con distinta formas, tamaños, resistencias al desplazamiento, mayor o menor número de botones… por haber hay hasta ratones “verticales” en los que cambia la orientación de la mano sobre el área de trabajo hasta quedar perpendicular en lugar de vertical, así como otros plegables o de altura muy reducida, muy indicados para movilidad al ocupar a veces un grosor inferior incluso al del propio ordenador portátil.
Finalmente, hay que mencionar el almacenamiento. Desde tarjetas de memoria a pendrives o discos duros externos (mecánicos o de estado sólido) las opciones son casi infinitas, con unos precios que cada vez resultan más asequibles en relación a la capacidad de almacenamiento y con tamaños también cada vez más reducidos (especialmente gracias a los discos SSD de estado sólido). Esto facilita sobremanera el poder elegir la solución que más se ajusta tanto a las necesidades como al presupuesto tanto para copias de seguridad como para transportar o transferir datos.
Videoconferencias: El plató en casa
Una de las costumbres que más se han extendido desde el confinamiento ha sido la de las videollamadas grupales o videoconferencias. En muchos casos han permitido agilizar el intercambio de información eliminando la necesidad de desplazamientos, hay quien ha llegado a quedar saturado por un exceso de utilización de este recurso y quien ha encontrado en estas reuniones virtuales la manera de optimizar el tiempo.
En cualquier caso hay algunos accesorios que mejoran tanto la comodidad del usuario como la calidad de la imagen y el sonido, lo que redunda en una mejora de la experiencia para todos los participantes.
La ventaja de los portátiles frente a los ordenadores de sobremesa es que prácticamente todos incluyen su propia webcam sobre la parte superior de la pantalla, además de altavoces y micrófonos, por lo que basta conectarse a través de la plataforma y el software adecuados para establecer una videoconferencia.
No obstante hay unos cuantos elementos que mejorarán el resultado: iluminación, webcam, auriculares, micrófono…
Empezando por este último, en función del entorno (más o menos ruidoso) donde se encuentre el usuario y de si la videonconferencia va a tener una difusión, por ejemplo, a través de medios de comunicación, un podcast o simplemente forma parte de un seminario, será recomendable apostar por un micrófono de calidad, capaz de minimizar la entrada de ruidos ajenos a la voz y de proporcionar la mejor calidad de sonido posible.
Con unos simples auriculares se puede conseguir no sólo un aislamiento de un entorno ruidoso sino evitar que el resto de participantes escuchen el eco de sus propias voces acoplándose a la voz de un usuario que esté escuchando a los demás a través de los altavoces del portátil, por lo que siempre es recomendable recurrir a unos auriculares al afrontar una videoconferencia.
En cuanto a la webcam, siendo cierto que el portátil ya llevará la suya propia lo cierto es que la calidad de las mismas suele estar limitada en cuanto a resolución o capacidad de captar la imagen en entornos poco iluminados. Además por su propia ubicación en la parte superior de la pantalla del portátil también limitará la posición y el ángulo de captación de la imagen. Es por ello que para determinados casos es recomendable recurrir a una webcam externa, habitualmente conectable mediante el puerto USB, y que al contar con un cable y, según los casos, algún tipo de soporte o fijación, puede colocarse donde resulte más conveniente para un mejor encuadre.
Además las webcam suelen tener un mejor sensor para mejores resultados con poca luz, y una óptica más angular que ayuda a mejorar la imagen captada ofreciendo (si es necesario) un panorama más amplio.
Finalmente la iluminación, esencial para que la cámara ofrezca al resto de participantes una visión mínimamente nítida, puede mejorarse con una amplia diversidad de accesorios. Desde anillos de luz hasta conjuntos de LED donde puede graduarse color, tono e intensidad, hay una amplia diversidad de accesorios de este tipo. Los hay que tienen sus propios trípodes (de gran y pequeño tamaño, para colocar sobre el escritorio o sobre el suelo) y los que pueden fijarse a un móvil, tablet o la pantalla del portátil.
De nuevo, en función de las necesidades habrá que explorar las múltiples opciones disponibles en el mercado para seleccionar la más adecuada.