¿Cuánto te está costando realmente tu router ‘gratis’?
Un router moderno debe ofrecer máxima velocidad, alcance en toda la casa, alta seguridad y funciones avanzadas para aprovechar al máximo la conexión a Internet
España es el quinto país de la Unión Europea con las tarifas de Internet más caras: pagamos una media de 41 euros por 30 Mbps de velocidad, según la Comisión Europea. ¿Pero vale la pena pagar ese dinero por una navegación lenta, que no llega a todo el hogar, resulta insegura y no te permite disfrutar de las últimas innovaciones? Descubre los costes ocultos que tiene un router anticuado.
En España, cuando contratas un servicio de Internet, el proveedor te instala un enrutador o router que te permite acceder a la red. Aunque no te cobren por este aparato, no es un «regalo»: si al finalizar el contrato no lo devuelves, pueden cobrarte una penalización. Pero el mayor problema es que estos routers prestados por las operadoras no siempre son los más avanzados del mercado.
Existen cuatro aspectos clave para saber si el router que tienes en casa ofrece el rendimiento que debería: la velocidad, el alcance, la seguridad y las funciones avanzadas. Vamos a verlos con detalle.
Respecto a la velocidad, los routers modernos incorporan la tecnología Wi-Fi AC, que es hasta tres veces más rápida que el estándar anterior (Wi-Fi N). Un enrutador que incluya Wi-Fi AC permite navegar de forma inalámbrica igual de rápido que con cables y conectar más dispositivos a la vez sin perder velocidad. De este modo, puedes utilizar todo el ancho de banda de tu conexión, mientras que un router viejo provoca un «cuello de botella» que te hace navegar hasta tres veces más lento.
El alcance es el segundo factor para determinar el rendimiento de tu router. A las ondas inalámbricas les cuesta atravesar las paredes. Por lo tanto, cuanto más lejos esté tu router de los dispositivos que usas para navegar, más débil será la señal. A pesar de eso, un router de última generación te debería permitir conectarte en cualquier habitación de la casa o incluso en la terraza o el jardín. Para ello, los enrutadores modernos tienen antenas integradas que mejoran la difusión de la señal. También emiten en dos frecuencias (2,4 y 5 GHz) que aseguran la máxima cobertura y estabilidad de las transmisiones, para evitar interrupciones cuando ves una película en streaming o juegas online.
La seguridad es el tercer aspecto fundamental en el rendimiento de un router. Uno de cada diez hogares españoles ha sufrido una intrusión en su red Wi-Fi. Para evitarlo, los routers más avanzados ofrecen la posibilidad de cambiar la contraseña si algún extraño consigue descifrarla. También permiten ver qué dispositivos están conectados a la red, bloquear a los usuarios desconocidos, ofrecer acceso temporal a los invitados sin revelar la clave del Wi-Fi y activar el control parental.
En cuarto lugar, los routers modernos incluyen funciones avanzadas que no están disponibles en los aparatos más antiguos. Por ejemplo: puertos USB para compartir en red discos duros o impresoras; servidor multimedia para ver tus fotos y vídeos en cualquier pantalla de la casa; o funciones de telefonía IP, contestador y fax. ¡Hasta puedes consultar las llamadas recibidas y acceder a tus archivos cuando no estás en casa! Puede que tu router actual sí permita algunas de estas funciones, pero sea difícil configurarlas. En este sentido, hay modelos como los routers FRITZ!Box de la marca alemana AVM que tienen aplicaciones para gestionar estos servicios desde tu smartphone o tableta.
Tal vez nunca lo habías pensado, pero si tienes un router anticuado, estás desperdiciando gran parte del dinero que pagas a tu proveedor de Internet: navegas por debajo de la velocidad contratada, no tienes cobertura en toda la casa, corres el riesgo de que alguien se conecte ilegalmente a tu red y no puedes acceder a los servicios más novedosos. En ese caso, vale la pena plantearte si deberías cambiar tu router actual por un modelo de última generación. Porque a veces, ¡lo «gratis» sale caro!