10 formas de optimizar tu economía del dato
Aprende a limitar los gastos asociados a la infraestructura de almacenamiento de tu empresa con IBM System Storage.
Ignorar el fenómeno del Big Data cuando la creación, y consecuente almacenamiento, de la información no deja de crecer en cualquier parte del planeta, es un grave error para toda empresa que quiera ser competitiva. Basta con señalar que 9 de cada 10 datos que existen a día de hoy se han originado en el último par de años… y la cosa sigue en aumento. Pero también es una equivocación acumular información sin pretensión de analizarla, producirla sin sacar conclusiones de interés o lanzarse a la compra de espacio sin saber con exactitud cuáles son las necesidades de tu negocio.
Y es que elegir un sistema de almacenamiento acorde con los objetivos particulares de cada empresa es el primer paso para el aprovechamiento correcto de los datos.
Además, a pesar de que los resultados de un negocio pueden ser impulsados por la gestión de los datos, hay que tener en cuenta que esta gestión debe ser, ante todo, inteligente. No todos los datos ofrecen el mismo valor para todas las empresas y querer abarcar demasiado puede derivar en problemas adicionales de rendimiento. La clave está en maximizar la economía del dato, algo que pasa por reducir el propio coste de almacenamiento. Desde IBM proponen dejar atrás los enfoques más tradicionales, que complican la actividad y aportan menor precisión, y rentabilizar la infraestructura con IBM Storage.
Para ello, aparte de garantizar el trabajo con datos críticos y a gran escala, IBM ha trazado un decálogo orientado a sacar el máximo partido a la adquisición de almacenamiento:
1. Virtualiza el almacenamiento. Hay que centrarse en los datos y hay que apostar por tecnologías definidas por software. La virtualización ofrece en la práctica numerosas ventajas como la automatización, la flexibilidad, la escalabilidad, la agilidad, la eficiencia, la seguridad o el propio ahorro de costes, ya que no obliga a comprar tanto hardware como otras propuestas ni a destinar dinero constante a su mantenimiento y actualización. También permite apartarse de los servidores de aplicación específica. Es el caso de Elastic Storage, preparado para afrontar miles de millones de archivos y eliminar cuellos de botella.
2. Compra menos capacidad. No pienses sólo en tiempos venideros, sino también en el presente, adquiriendo con prudencia, aprendiendo a usar mejor tus servidores y guardando menos datos en el lugar ideal. Al hilo de la virtualización, hay soluciones tipo IBM SAN Volume Controller que ayudan a explotar el almacenamiento existente aunque vayan aumentando las necesidades. Y no es mera especulación. Al trabajar para una institución financiera con SVC, IBM consiguió ahorrar alrededor de un 75% de su capacidad, pasando de los 79,82 TB originales a 22,6 TB. Mientras, la compañía de telecomunicaciones Pelephone , que ha ahorrado 1,5 millones de dólares empleando IBM Storage, ha logrado una compresión del 85% como resultado de su renovación.
3. Compra lo que necesitas cuando lo necesites. Si te limitas a pagar exclusivamente por aquello que consumes y a ir incrementando la capacidad de tus soluciones en el momento justo en el que vayas a necesitarlo, evitarás despilfarros que no te habrían dado ningún rendimiento por el camino. IBM propone comprar lo que se necesite en el momento preciso, tanto en crecimientos como en actualizaciones. Entre otras cosas, promete que el almacenamiento crece un 30% menos con virtualización externa y que el coste por terabyte cae un 50% con la optimización por tiers.
4. Entiende el coste por I/O en tus datos activos. No puedes lanzarte a la acumulación y gestión de información sin estudiar al detalle cuánto te va a costar. Puede ser que durante esa investigación previa encuentres formas más rentables de gestionar los datos o fuentes que descartar. Y, al final, acabarás aprovechando mejor la capacidad que ya tienes instalada sin contratar compras de más o sin saber realmente qué necesitas. Es probable que un mal uso del entorno que maneja tus datos, como SAP, Oracle y DB2, ralentice el backup y cause duplicados, falta de optimización de las bases de datos, errores al cargar Business Intelligence y crecimiento de la información.
5. Utiliza Flash para reducir costes. A la hora de buscar una combinación óptima de agilidad, rendimiento y rentabilidad, IBM propone probar sus sistemas de almacenamiento FlashSystem. La versión FlashSystem 840, por ejemplo, se encarga de reducir los tiempos de respuesta con una latencia de lectura mínima de 135 microsegundos. También elimina inactividades y asegura mejoras en el rendimiento de las aplicaciones. Este tipo de soluciones destaca también por su relación calidad-precio. Al aplicarse sobre el entorno de escritorio virtual de una compañía aseguradora, redujo la latencia 2.000 veces y produjo un ahorro del 76,9%, según cálculos de sus responsables.
6. Gestiona el ciclo de vida de los datos. Si dejas que ocurra, los datos te comerán. No guardes en tu infraestructura todo lo que se genera a cada segundo, o no lo hagas por sistema, pensando que basta con que esté ahí por si algún día lejano lo usas. Puede que ese día nunca llegue. Ya que guardas contenido, vuélvelo accesible desde distintos centros, mantenlo online para los usuarios y sigue un orden. Llegará un momento en el que necesitarás hacer limpieza o en el que tendrás que plantearte qué datos te están resultando de utilidad y cuáles no. Asimismo, es importante que actives copias de seguridad para evitar sustos.
7. Considera los costes de energía eléctrica, refrigeración y espacio. Una causa evidente del gasto derivado del almacenamiento de datos es el que queda reflejado en la factura eléctrica de las empresas. Todo aparato informático necesita electricidad para funcionar y, a no ser que hayas renovado tu flota con máquinas modernas de diseño eficiente o energías renovables que economizan el uso, tu rentabilidad puede verse perjudicada. Otros aspectos a tener en cuenta son las necesidades de enfriamiento de los servidores y el tamaño de las estancias que los contienen. En Pelephone, caso al que ya nos hemos referido, se redujo el impacto ecológico un 80% y se acabó gastando 50 kW menos por hora.
8. Considera los costes de administración y gestión. Como es obvio, el propio hecho de relacionarse con la información también supone un esfuerzo. Cuanto más pensados y organizados estén los procesos, más rápido podrás encargarte del almacenamiento, del análisis y del aprovechamiento de tus datos. Más ágil será el trabajo de las máquinas, incluso al enfrentarse a tareas masivas. Y más veloz, también, tu equipo humano. No en vano, la eficiencia económica se puede lograr repartiendo bien los recursos, liberando tareas y dejando de perder tiempo. Le ha pasado a alguna compañía de medio ambiente, que con IBM instauró sistemas en menos de un día y ha mejorado el uso un 174%.
9. Cambia el enfoque en las Aplicaciones de Nueva Generación. Las denominadas Aplicaciones de Nueva Generación no pueden ser tratadas como lo fueron sus predecesoras en épocas pasadas. Necesitan políticas de almacenamiento con un enfoque renovado, que las preparen para explotar todo su potencial y para mantener la sostenibilidad. Si trabajas con material no estructurado, imágenes o vídeos, debes prever ciertos comportamientos, como un crecimiento exponencial. Ten en cuenta que cada año se produce más contenido que el anterior y que éste procede de diversos dispositivos, incluyendo móviles, por lo que resultará vital hacer que los gastos no se incrementen al mismo ritmo.
10. Calcula la ecuación de costes de tu almacenamiento. Al final, lo que optimizará tu economía del dato en mayor o menor grado será la forma en la que combines todos los puntos anteriores en el momento de administrar el negocio que diriges. Virtualiza, comprime, escala y estudia muy bien qué es lo que estás haciendo, y qué es lo que deberías hacer para ahorrar más. Tu empresa puede alcanzar consumos menores en todos los aspectos, partiendo de la renovación del almacenamiento a las migraciones de los centros de procesamiento de datos, la gestión de contenido multimedia o la ampliación de la capacidad.