BQ es una de las empresas españolas que ha alcanzado del éxito poco a poco y sin hacer apenas ruido. Con éxito nos referimos a una facturación de 200 millones de euros al cierre de 2014, casi el doble que los 115 millones ingresados en 2013.
Pero para una gran parte del público al que se dirigen, se acaban de dar a conocer. Por primera vez han lanzado una campaña publicitari. El spot, dirigido por el cineasta Álex de la Iglesia es la carta de presentación del dispositivo estrella: el Aquaris E5. “Es la primera vez que tenemos producto 100% nuestro y tiene sentido comunicarlo”, nos cuenta Rodrigo del Prado, socio fundador y director adjunto de la empresa, en una entrevista. También hay una razón de orgullo patrio, confiesa. “Queríamos demostrar que las cosas se pueden hacer bien aquí. Somos buenos en fútbol, tenis, baloncesto, telefonía y construcción. Pero en electrónica también”.
Con la mayoría de ingresos procedentes de la movilidad y los tablets, BQ ya vende en Francia y Alemania a través del canal online y tiene a 15 empleados repartidos por los dos países. Su plantilla total asciende a 960 empleados, 930 de los cuales están en España. El 30% son ingenieros que se dedican a la programación.
Aunque es una vía de ingresos menor que la de dispositivos de gran consumo, ya venden impresoras 3D a más de 50 países y en lo que va de año se han vendido algo más de 5.000 unidades.
De momento no se plantean llegar a emergentes. “Nuestro mercado natural es Europa”.
– ¿Qué diferencia a BQ de sus competidores?
Entendemos que la tecnología es una herramienta al servicio de la gente para hacerles la vida o el trabajo más fácil. Para conseguirlo lo primero que hay que hacer es romper o acabar con las barreras. Y la primera es el precio. El precio es un obstáculo muy grande para el acceso a la tecnología. Si no podemos acceder a ella porque es cara, va a frenar la adopción.
Esto es sólo una parte. La otra parte es que tenemos que ser capaces de que la gente cree su propia tecnología. En Europa hay un déficit importantísimo a este nivel. Ya no se hace casi tecnología. Nokia que era uno de los últimos bastiones, ha caído y se ha ido a EEUU. Creemos que si no eres capaz de crear tu tecnología o que la gente entienda cómo funciona la tecnología, la brecha digital aumenta. Y esto aumenta la desigualdad.
En algunas partes del mundo no se puede crear tecnología porque no existe la base tecnológica o la fábrica de componentes que lo hace posible. Aquí radica la importancia de la electrónica abierta y de las impresoras en 3D. Esto es lo que permite que un grupo de amigos monte una empresa para fabricar hardware, lo que antes se reservaba a las compañías.
No se trata solamente de dinero, sino de la capacidad de crear. De tener el destornillador para atornillar tornillos a la pared.
– ¿Dónde está BQ en todo esto?
BQ está construyendo estos destornilladores para que la gente pueda crear sus productos. Tenemos impresoras 3D, placas de desarrollo compatibles con Arduino y un entorno de programación enfocado a los más pequeños, para que la tarea de programar estas placas sea sencilla y fácil y para que lo hagan casi jugando.
– En movilidad vuestro leitmotiv es “llegar a todos”. ¿Es el precio vuestra arma para atacar el mercado?
Nuestro producto vale 219 euros. Si lo compras con otros quizá no sea igual que el producto que vale 800 euros especificación por especificación pero tampoco es 4 veces peor. Una parte importante de nuestro valor es que nuestros costes de fabricación están mucho más cerca de lo que el usuario paga en la tienda que en el resto de ofertas que hay en el mercado. Ese es el secreto.
– Con estos márgenes tan bajos y siendo la movilidad la primera fuente de ingresos, ¿se mantendrá la estrategia en el medio plazo?
Se mantendrá. Podríamos ahorrar más y subir los márgenes. Sí. Pero al final quién fija lo que una empresa tiene que ganar: sus accionistas y sus necesidades. Si en este caso los accionistas, nosotros y nuestras necesidades no necesitan más margen, para qué vamos a ganarlo. Preferimos que los precios de venta estén más cerca de los costes, de manera que el producto por ese precio sea mejor en comparación con los de la competencia y que se vendan más unidades. Somos austeros, no hacemos grandes dispendios y es lo que nos permite trabajar con unos márgenes más ajustados.
– Los costes son menores porque fabricáis en China. ¿Se podrá fabricar en España algún día o en Europa?
El diseño se hace aquí (desde la selección de componentes hasta la pintura que se elige para pintar esto). Pero ensamblar estos productos en Europa es muy complicado, porque no hay un ecosistema propicio. Los proveedores de componentes están en China. Como los de todos los competidores.
– Las impresoras 3D se fabrican en Pamplona, ¿por qué?
Porque existe esa infraestructura que lo permite. Una impresora 3D tiene motores electrónicos, cadenetas, poleas, engranajes. Podemos encontrar todo esto en Pamplona.
– ¿Pero y los costes de mano de obra qué peso tienen en la fabricación?
No hay tanta mano de obra. Porque una vez que se robotiza el tema cambia. La automatización puede hacer que se relocalice la fabricación.
Las propias impresoras 3D cambiarán esto. Permiten montar fábricas en casa, lo que favorecerá la creación de iniciativas y empresas de fabricación de productos. Al igual que hubo un boom de empresas que hacían webs, ahora 3 amigos que han estudiado teleco, informática o FP de electrónica pueden detectar una necesidad en su área de influencia o negocio que se resuelve con un cacharrito electrónico, y pueden fabricarlo ellos.
– ¿Va a salir BQ a Bolsa?
No. No hay planes. Uno sale a Bolsa cuando necesita capital o quiere desinvertir. Nosotros no estamos en ninguna de las dos situaciones. Además las últimas salidas a bolsa que ha habido en el mercado español… algunas han sido estafas directamente y otras han sido medio o semi.
No lo descartamos en el futuro. Pero de momento no es algo que nos preocupe.
– ¿Apostaréis por Windows Phone? ¿Y por el mercado de wearables?
Tenemos buena relación con Microsoft. Ya hemos hecho tablets con Windows. Windows Phone llegará. Como fabricantes tenemos que tratar de dar las mayores opciones a los usuarios. Un mundo de solo uno es muy malo, de solo dos es malo y de solo tres es mejor.
En cuanto a los wearables, de momento no están en el radar, aunque nunca se puede decir nunca. De momento estamos luchando por tener dispositivos con la pantalla más grande y con más autonomía. Si tenemos que cargar además la batería del reloj, el auricular bluetooth, la pulsera, las gafas…
El día que haya un vaciabolsillos donde lo dejes todo encima y se cargue solo, no tendremos este problema. Pero de momento no está en nuestros planes.
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