Cumplido su año fiscal, la multinacional Bosch, con 20 centros de producción y asistencia funcionando en España, rindió cuentas y presentó su estrategia en un mundo cada vez más conectado. El 2015 no les ha ido mal, con un crecimiento en las ventas del 12%, hasta una cifra de 2.100 millones de euros (620 millones adicionales si sumamos sus otros negocios), y un mantenimiento de su plantilla de 8.700 trabajadores. Diversos proyectos españoles se han visto reafirmados con una inversión global de 82,5 millones de euros, especialmente en Vigo, Barcelona y Madrid. “Estas cifras reflejan que el mercado español es importante para nosotros y seguimos comprometidos con nuestra presencia”, aseguró Frank Seidel, presidente del Grupo Bosch para España y Portugal. “En 2016 la compañía espera de nuevo un desarrollo positivo de su cifra de ventas en el país en la mayor parte de sus áreas de negocio, con el objetivo último de mejorar la calidad de vida de las personas mediante unos productos y servicios innovadores que generen entusiasmo”.
Bosch está explorando nuevas oportunidades de negocio gracias a una serie de soluciones inteligentes basadas en la interconectividad y la simpleza de uso. “Somos una compañía muy diversificada, lo cual nos otorga una clara ventaja estratégica, porque somos capaces de conectar muchas cosas entre sí, principalmente la casa con el coche”, explicaba Seidel. “El 40% de nuestro catálogo de productos están ya preparadas para el Internet de las Cosas, y queremos crear nuevas áreas en el negocio de la conectividad con el programa ‘3S’: sensores, software y servicios. Sensores para optimizar las cosechas, apps para gestionar la caldera o el horno remotamente y servicios como la eCall de emergencia en carretera”.
Así, Bosch tiene la intención de crecer no sólo con hardware y software específico, sino también con servicios innovadores y conectados, basándose en su amplia experiencia industrial, su diversificación tecnológica y sus amplios conocimientos transversales. Para ello, se ha creado un centro de desarrollo específico sito en Renningen, cerca de Stuttgart, con más de 1.700 científicos e ingenieros y que cuenta con un presupuesto de 21.000 millones de euros (el 9% de la facturación global que Bosch destina a I+D) y que también pondrá facilidades para que otras empresas y start-ups puedan usar estas instalaciones. “La nueva división Bosch Service Solutions –cuyas actividades formaban parte hasta entonces de la división Security Systems–, la recientemente creada ‘nube’ de Bosch IoT Cloud –nuestra última pieza para ser un proveedor completo, inicialmente reservada a nuestros procesos, a partir de 2017 se pondrá al servicio de otras empresas–, así como la plataforma Bosch Smart Home System, lanzada a comienzos de 2016, contribuyen a esta estrategia empresarial”.
Bosch pone la inteligencia integrada de su IoT Suite para generar nuevas soluciones que se ejecutarán desde la nube, y en la que ya hay 50 proyectos en marcha. “El automóvil no puede ser una zona oscura fuera de cobertura en nuestra vida conectada”, señala Ricardo Olalla, vicepresidente de Ventas del área Mobility Solutions. “Lo primero que debemos hacer es trasladar las apps del móvi al coche de manera segura para la conducción: navegación, servicios de búsqueda, información del estado del vehículo o de la carretera… Para ello nos apoyamos en diversas tecnologías como interacción Human-Machine, realidad aumentada, pantalla táctil con diversas texturas, o reconocimiento de voz y gestos”.
El siguiente nivel es que el coche esté conectado. Geolocalización, gestión de flotas y alquiler de vehículos pay-per-drive, donde talleres, aseguradoras y empresas de renting podrán aportar nuevos conceptos cruzados de negocio. “Un tercio del tiempo de desplazamiento al centro de la ciudad se pasa en encontrar sitio para dejar el coche. Nosotros tenemos en marcha ya algunos proyectos de ‘smart parking’ que contemplan diversos escenarios para ahorrar tiempo, reducir el estrés de encontrar sitio o facilitar esta tarea. Así, puede ser una app colaborativa que avise de un hueco en la calle, o una gestión activa que reserve una plaza determinada en un parking subterráneo mediante prepago, o un sistema automatizado que lleve el coche dejado a la entrada del aparcamiento del aeropuerto a su sitio”. Hoteles, centros de convenciones, garajes comunitarios para residentes… se abren muchas posibilidades con los parkings robotizados.
Un estadio superior lo constituye el coche autoconducido, algo que ya nadie piensa que sea ciencia-ficción. Bosch también parte con ventaja, gracias a su profundo conocimiento mecánico del vehículo, al que ha ido dotando de sistemas de dirección asistida, sensores, cámaras y radares, sistemas de seguridad activa y pasiva como airbags y ABS. “Aunque lo veo más una evolución que una revolución, hay situaciones como en autopistas de peaje poco transitadas o en atascos de entrada y salida”, explica Olalla. “Finalmente, tenemos al vehículo eléctrico, el mejor vehículo eléctrico es el conectado. Dentro de este segmento, los usuarios de los híbridos son los mayores demandantes de postes de recarga, quizás porque no están tan pendientes de la autonomía como los que sí tienen un coche puro eléctrico. El problema no sólo es localizarlos, sino reservar el tiempo de recarga, para ello hemos diseñado una app junto a Hubject y pago por PayPal que ya funciona en Alemania”.
En enero, Bosch presentó su Smart Home System en el CES 2016 de Las Vegas, un mercado potencial el de la domótica que prevé mover 10.000 millones de euros en 2017. Este sistema permite a los usuarios conectar sus sistemas de climatización, iluminación y electrodomésticos a través de una única plataforma y controlarlos simplemente utilizando un smartphone o tablet. El corazón del sistema es el controlador. Esta unidad centraliza la gestión de los diversos componentes conectados entre sí y con Internet con una sola app. Otros elementos del sistema incluyen termostatos para radiadores, enchufes inteligentes, detectores de humo, videocámaras y hasta robots cortacésped. La principal ventaja es la comodidad, además de permitir montar un sistema de seguridad sin necesidad de contratar una alarma independiente.
“Un hogar inteligente no es el que más tecnología tiene, sino el que hace tu vida más cómoda y permite gestionar desde el móvil de manera simple e intuitiva”, señalaba Carlos Perdiguer, director de Marketing de BSH Electrodométicos. “La digitalización de la sociedad también tiene un alto impacto en los electrodomésticos. Primero fue la búsqueda de información en Internet, luego se iba a la tienda con el modelo ya definido en mente, y ahora no solo se comparan precios sino que se compra, al menos el 10% de las ventas en España son online”.
Bosch ofrece actualmente en España nueve referencias en la gama Premium de sus electrodomésticos con esta capacidad de conexión al router y protocolo IP, que incluye lavadoras, secadoras, frigoríficos, hornos y lavavajillas, para que puedan ser controlados y monitorizados con Home Connect desde un smartphone o tablet. “A medio plazo seguiremos con el resto de gamas, que tienen más de cien referencias, para en el 2025 tener a todos nuestros electrodomésticos, de la gama blanca o marrón, grandes o pequeños, preparados para el IoT. Nuestra intención en esta primera fase es no incrementar el precio de venta por la inclusión de los módulos de conexión y mantenerlos al PVP que teníamos. Esperamos recuperar la inversión a medida que se vayan reduciendo los costes de fabricación, a la vez de generar nuevos ingresos con la venta de accesorios, el diagnóstico remoto o la ampliación de garantías, así como la colaboración con otros partners a través del suministro de recetas o menaje de cocina”.
Esta sería la otra pata del negocio de Bosch donde está haciendo verdaderos progresos en el campo de la sensórica y la fabricación conectada, mediante más de cien proyectos que ya están funcionando con éxito en todo el mundo, algunos de ellos en España. Entre otras ventajas, la Industria 4.0 aumenta la disponibilidad de la maquinaria, acelera los procesos, reduce los errores y mejora el control de inventarios y, consecuentemente, también la productividad y la competitividad.
La planta de sensores en la calle Hermanos García Noblejas de Madrid –donde se fabrican principalmente sensores de aceleración para la activación del airbag y de ultrasonidos para la ayuda al aparcamiento–, es responsable de la coordinación de las actividades de producción en otras plantas de México y China que fabrican este mismo componente. Un sistema coordinado globalmente muy visual es capaz de advertir de desviaciones y emitir alarmas para una inmediata corrección, así como ajustar los tiempos de fabricación a los volúmenes de pedidos y capacidades de almacenamiento. “Maximiza la seguridad, incrementando la eficiencia, y minimiza el riesgo, reduciendo los costes”, concluye el presidente del grupo Bosch en España. “Nosotros jugamos un doble papel, como usuario, aplicándolo en alguno de nuestros procesos de fabricación, y como proveedores, explorando nuevos casos de uso para trasladaros después al mercado para venderlos”.
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