Para encontrar una startup capaz de revolucionar el paradigma aeroespacial no tenemos que irnos a EE.UU ni tocar la puerta del señor Elon Musk. Zero2Infinity es una joven compañía española afincada en Cerdanyola del Vallés que está probando una disruptiva forma de poner satélites en órbita. A través del proyecto Bloostar la startup propone enviar satélites de hasta 100 kilogramos de peso (microsatélites y nanosatélites) al espacio en menos de 100 minutos utilizando globos y abandonando la idea de que los lanzadores tienen que ser puntiagudos.
Como bases de lanzamiento utilizan barcos que están navegando cerca de las Islas Canarias, un “emplazamiento óptimo” porque “hay zonas con corrientes naturales que facilitan la ascensión”. Aseguran que el mar les proporciona movilidad y flexibilidad. Aunque desde la empresa aeroespacial son ambiciosos, también se muestran modestos. “No hemos inventado nada. Esto ya se hizo en 1957 por la WASA, pero solo venía bien para 100 kg. Entonces no había satélites tan pequeños, pero hoy en día todos llevamos prácticamente uno en el bolsillo”, comenta José María López Urdiales, CEO de ZeroInfinity.
El sistema de Zero2Infinity, basado en rockoons (globos+cohetes) comienza con cuerdas y permite generar un empuje hasta el objetivo final gracias a los 13 motores (6+6+1) incorporados en los cohetes que transportan los globos.
“Simplemente somos un transportista, no diseñamos los satélites, pero estimulamos a los fabricantes”, explican desde la startup. “Nuestros globos puede fabricarlos cualquiera, pero nosotros tenemos una patente sobre cómo juntarlos y que funcionen ahí arriba”, señalan.
Según sus artífices, Bloostar cuenta con varias ventajas claras: permite mayor eficiencia energética de los motores, supone menores requisitos de capital debido a que los materiales son más económicos, los elementos usados están diseñados para reutilizarse, demuestra mayor responsabilidad medioambiental, ofrece una selección de la órbita, posee mayor seguridad y cuenta con 4 grados de libertad distintos en volumen y superficie para los clientes.
Desde abril del año pasado Zero2Infinity cuenta con el ex astronauta de la NASA, Michael López-Alegría, como asesor en asuntos técnicos y de negocio. Este también ha ejercido como evangelista de la empresa en su puesta de largo en nuestro país. “Hemos visto como la industria aeroespacial ha convertido burlas en vítores. Hoy en día los cohetes se construyen en garajes y los satélites en escuelas. Las fuerzas del mercado libre están cambiando el sector y democratizándolo. La innovación está en EE.UU, pero también en Asia y Europa y aquí, en España”, apostilla López-Alegría.
Esta idea también la defiende el COO de la startup y ex directivo de Iberia, Dimitris Bountolos. “Muchos componentes se van a fabricar con impresión 3D y serán accesibles a cualquiera. En el siglo XXI y en el espacio el pez grande no se come al chico, sino que es el pez rápido quién se come al lento”, matiza.
La fórmula del éxito de Zero2Inifinity como empresa es mezclar un equipo joven e ilusionado con gente con mucha experiencia y destrezas técnicas. “Estamos combinando gente joven y con voluntad con expertos que tienen un grandísimo conocimiento. Es una mezcla tremenda”, comenta López Urdiales.
El proyecto Bloostar cuenta con el respaldo económico de 25 inversores privados. La Caixa es uno de los más representativos, con un 8% del capital. Ultramagic tiene otro 5%. Aseguran que también han obtenido el apoyo de la Comisión Europea, aunque solo para ayudas. “Es necesario un cambio de paradigma que tiene que llegar y entonces quizás tengamos más fondos públicos”, espera López Urdiales.
Para López Alegría “en Europa hay todavía cierto miedo y nadie quiere liderar este sector del espacio comercial. Nos falta solo una regulación adecuada. En EE.UU se da una cooperación público-privada que funciona muy bien”, subraya el experto americano.
Según señalan los responsables de Zero2Infinity, a mediados de 2018 tendrán capacidad comercial para poner los primeros satélites en órbita. Ya hay numerosos fabricantes internacionales de países como Japón, Alemania o Hong Kong interesados. Estiman que el lanzamiento individual de cada satélite podría tener un precio cercano a los 4 millones de euros, con una rebaja si se lanzan varios. Aseguran que con este coste, “sale por la mitad que las ofertas de sus rivales”.
Calculan que en poco tiempo lanzarán centenares de satélites de cualquier país y que poco a poco el tiempo de permanencia se reducirá. “La vida va a acelerarse, porque los móviles aumentan en penetración. Hasta ahora los micro y nanosatélites permanecen 5 años suspendidos. La vida útil va a ser menor, porque el coste va a bajar”, vaticina Bountolos.
Pero los globos no solo servirán para el lanzamiento de satélites de dimensione reducidas. Zero2Infinity también está trabajando en otro proyecto para el transporte de personas denominado ‘Bloon’. Dejan caer que los vuelos tripulados podrían llegar en 2020 y que podría darse en dos fases. Los primeros viajes estarían protagonizados por profesionales y posteriormente serían realizados por turistas espaciales.
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