Un nuevo estudio ha analizado de donde provienen las mayores amenazas cibernéticas para las organizaciones.
Según se desprende de los datos del informe de Fraude Global y Riesgos elaborado por la firma Kroll, el 79 por ciento de las empresas fueron víctimas de fraude en 2016, siendo los activos físicos y las acciones los elementos más codiciados (35 por ciento).
Otro peligro importante fueron los ciberataques, que afectaron al 77 por ciento de los encuestados, siendo en la mayoría de casos infecciones por virus o gusanos.
Por otra parte, un dato interesante del estudio apunta que el 60 por ciento de los ciberataques fueron originados por empleados o exempleados, en algunos casos con la ayuda de terceras personas.
Ese hecho pone de manifiesto son mayores los casos en los que el peligro está dentro de la propia organización.
Además, hay que reseñar que los empleados más jóvenes fueron los ejecutores clave en el 39 por ciento de los casos de fraude analizados en el informe de Kroll.
Tommy Helsby, Co-consejero delegado y encargado de Investigaciones y Litigios en Kroll, ha destacado que “problemas como el fraude y las ciberamenazas y las brechas de seguridad, tienen un impacto negativo para las empresas, ya que afectan a sus ingresos, la continuidad del negocio, la reputación corporativa, la satisfacción del cliente y la moral de los empleados”.