La compañía canadiense RIM se lanzó al mercado tablet hace ya cinco meses con un dispositivo, muy diferente en concepción, sistema operativo y público objetivo que los del rey del negocio, el iPad de Apple. La propuesta ha sido arriesgada y quizás el fabricante de BlackBerry no haya obtenido el éxito esperado con el gagdget, que desde el primer momento ha despertado comentarios poco positivos entre los especialistas del sector.
Digan lo que digan, se trata de uno de los equipos más potentes en su categoría. En buena parte lo es gracias al sistema operativo en tiempo real QNX, usado anteriormente para conectar dispositivos móviles en vehículos. Este software, utilizado para comunicaciones instantáneas, permite una gestión de los recursos y de la memoria excelente, haciendo que el paso de una aplicación o programa a otro se produzca de forma muy fluida. Así, el PlayBook permite cambiar de un juego a un vídeo o a una ventana en Internet en un abrir y cerrar de ojos y sin demora. Su multitarea también está potenciada por un procesador de doble núcleo con 1Ghz de velocidad y 1GB de memoria RAM.
Sin embargo, no es fácil acostumbrarse a la interfaz de esta tableta, que a veces implica realizar gestos poco frecuentes para acciones que sí lo son. El simple hecho de volver hacia atrás se vuelve una labor tediosa. Así pues, es recomendable realizar un tutorial que se incluye en el equipo antes de ponerse manos a la obra.
La tableta cuenta con un tamaño de pantalla de 7 pulgadas, sin embargo, dado el grosor de su marco, la sensación es de tener unas dimensiones algo inferiores. No obstante, los contenidos se visualizan de manera clara, brillante y definida gracias a la resolución de 1024 x 600 (similar a la del Galaxy Tab del mismo tamaño). El aspecto positivo es que el Playbook es más manejable que el iPad (se sujeta cómodamente con una sola mano) y se puede transportar fácilmente, incluso cabiendo en muchos bolsillos. En cuanto al diseño, no posee botones físicos en su superficie frontal, aunque el logo de Blackberry ubicado en la parte inferior sí se puede utilizar para desplegar el menú principal.
Una de las principales críticas al dispositivo esgrimidas por periodistas tecnológicos y analistas –a la cual nos sumamos desde ITespresso – es en relación a su carencia de sistema nativo de correo electrónico, contactos y calendario, prestaciones que sólo son accesibles mediante la conexión a un teléfono Blackberry. Con esta ausencia la propia RIM circunscribe demasiado su uso a los clientes habituales de su marca, lo cual resta su penetración en el mercado inexorablemente.
Asimismo, el Playbook tampoco dispone de 3G. Sólo mediante las opciones de tethering de Blackberry Bridge es posible disfrutar de las redes de tercera generación para compensar esos momentos en los que no hay WiFi a la vista. Para acceder a esta prestación es necesario, de nuevo, conectar la tableta con un teléfono Blackberry.
Las aplicaciones tampoco son el punto fuerte del equipo. La tableta permite el acceso a algunas apps de pago dirigidas a profesionales, sin embargo carece de software gratuito atractivo, uno de los puntos fuertes del iPad o los dispositivos con Android. En un futuro podría contar con compatibilidad con esta última plataforma y esperamos que para entonces su catálogo de apps también haya crecido.
Todos estos factores parecen haber jugado en contra de la tableta de RIM, que en el segundo trimestre del año habría cosechado unas cifras de ventas muy bajas. Según la firma de análisis Strategy Analytics, el tablet con QNX sólo obtuvo un 3,3% de cuota de mercado de abril a junio, siendo superado incluso por las tabletas con el sistema operativo de Microsoft.
De cualquier manera, el abandono de HP de su proyecto de construir tablets con webOS (de momento el único que existía era el TouchPad) deja prácticamente solo a este dispositivo en el mercado empresarial, al margen de propuestas con Windows 7 poco significativas. En este ámbito puede ser un gran aliado por sus apps profesionales, portabilidad y capacidad para correr varias aplicaciones potentes a la vez sin sufrir demasiado. De cualquier manera, pese a que el iPad y el Galaxy Tab estaban destinados en un primer momento al mercado de consumo, lo cierto es que cada vez tienen más presencia entre las empresas.
Por el momento, el dispositivo se puede adquirir libre a un coste de 499 euros en su versión de 16 Gb o bien asociado a un contrato con Vodafone (sólo disponible para autónomos y empresas).
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