Biblioteca sin libros, ¿modernidad o sacrilegio?

El director del centro, principal promotor de una iniciativa dicen pionera en Estados Unidos, lo tiene claro: “cuando veo los libros, contemplo una tecnología obsoleta, como los pergaminos antes que los libros”, dice, aunque aclara que este proyecto “no es Fahrenheit 451 (novela donde se prohíben los libros). No vamos a desalentar la lectura, vemos el cambio como una forma natural de integrar las nuevas tendencias y optimizar las tecnología”.

“Un modelo de escuela del siglo 21” resalta, con la inversión de medio millón de dólares en 18 lectores de libro electrónicos, pantallas planas y ordenadores portátiles. “En lugar de una biblioteca tradicional con 20.000 libros, estamos construyendo una biblioteca virtual donde los estudiantes tendrán acceso a millones de libros”.

Claro que no todo el mundo en la academia y fuera de ella comparte la devoción del director del centro por lo digital, opinando que la medida ha sido demasiado radical y que un centro de aprendizaje digital puede ser compatible con el mantenimiento del libro físico tradicional. Los críticos con esta medida revolucionaria (dicen que es la primera escuela en EE.UU que prescinde totalmente de los libros) citan que no todos los textos están disponibles gratuitamente en formato electrónico, que el coste económico será mayor ya que obligará a cada alumno a tener su propio lector y que su vida útil es muy inferior al libro tradicional.

Además, el placer de la lectura del libro físico, su olor, su tacto, sus sensaciones, son imposibles de encontrar en el electrónico, incluso para los que por motivos profesionales o de asueto estamos inmersos y disfrutamos de la era electrónica.

vINQulos
The Boston Globe