Mejor ‘time to market’, menos fallos operativos y más productividad, entre los beneficios de Agile

La rapidez en los negocios es clave, sobre todo en un mercado actual tan competitivo y en continuo cambio.

Pero la agilidad no siempre es fácil de conseguir. Es especialmente crucial y complejo cuando se presentan situaciones desconocidas o proyectos nuevos que hay que añadir a la cadena de valor ya existente. Para esos casos, una solución que plantea beneficios es la metodología Agile.

Con una implantación bien pensada, Agile puede limitar los fallos operativos hasta un 50 %. Así lo indican los datos que maneja Vector ITC Group. Pero habría más ventajas. Una es la potenciación de la productividad, que al parecer se puede incrementar entre un 30 % y un 50 %.

Más allá de evitar problemas y aumentar la eficacia del negocio, también está el tema del “time to market”, que Agile contraería un 30 % como mínimo y un 75 % en el mejor de los casos.

“El mayor valor de Agile es la consecución de resultados a corto plazo”, indica Ricardo Trejo, consultor Agile de Vector ITC Group, “lo que permite una mayor capacidad de reacción frente a los cambios del mercado: nuevo comportamiento del consumidor, evolución de los procesos de compra, aparición de nuevas tecnologías…  Además, facilita la priorización de lo que realmente genera valor al negocio”.

Para Trejo, otra “de las ventajas más interesantes es que la responsabilidad del proyecto se reparte de forma equitativa. Todos los miembros del equipo tienen muy claro cuál es el objetivo final de todo proyecto. Cada uno tiene una posición y sus estrategias, pero al final todos tienen claro el rumbo”.