El beneficio de Swisscom aumenta un 59% en el Q2

La mayor compañía telefónica suiza,
Swisscom, ha
dado a conocer sus resultados para el segundo trimestre del año, en el que ha
registrado un incremento del 59 por ciento de su beneficio, propiciado por
la
adquisición
de la italiana
FastWeb, la segunda compañía de
telefonía fija en su país, que ayudará a su compradora a crecer y contrarrestrar
la competencia de otras empresas en la venta de líneas telefónicas fijas en
Suiza.

Por lo que respecta a los ingresos netos, han ascendido a 475 millones de
francos suizos (286 millones de euros) frente a los 299 millones de francos
suizos que consiguió el ejercicio anterior (182 millones de euros), cifra récord
si tenemos en cuenta que la Justica impuso una multa al operador de 180 millones
de francos suizos (109 millones de euros) el pasado año.

Hay que recordar además que las ganancias del segundo trimestre se han visto
estimuladas por la recompra del 25 por ciento de las participaciones de la
unidad suiza de telefonía móvil del grupo
Vodafone, operación que se completó el
pasado año.

En cuanto a las ventas, crecieron hasta los 2.720 millones de francos (1.652
millones de euros) frente a los 2.400 millones (1.458 millones de euros)
anteriormente conseguidos. Unas cifras por encima de las estimaciones de los
analistas consultados por
Bloomberg,
que habían previsto un beneficio de 455 millones de francos (276 millones de
euros) con unos ingresos de 2.600 millones de francos (1.579 millones de euros).

En cualquier caso, la compañía ha estado perdiendo cuota de mercado en la
división de telefonía fija desde que Suiza abrió el mercado a la libre
competencia. Por este motivo, el operador busca hacerse con más líneas de
Internet de alta velocidad, y ha comenzado a ofrecer servicios de televisión vía
Internet para robar cuota de mercado a los operadores de cable.

A principios de este mes, Swisscomm sustituyó sus unidades de Fixnet, Mobile
y Solutions con divisiones para clientes particulares, pymes, y grandes
empresas, en lo que forma parte de la mayor reorganización llevada a cabo desde
que Carsten Schloter se convirtió en CEO en 2006.

El Estado suizo aún posee el 55 por ciento de la entidad y la ley le obliga a
mantener por lo menos el 50 por ciento más un voto en el antiguo monopolio. El
pasado año, el Parlamento votó en contra de un plan del gobierno para vender
participaciones de control en Swisscom y así evitar la compra de la empresa por
un inversor extranjero.