¡Bendito sea el seguro!
Estaba en prácticamente todas las notas de prensa recibidas en el último momento, que dan cuenta de los resultados del Mundial de Fútbol (favorable a España) y de cuánto les costará a las empresas cumplir con sus promesas. Todas parecen dispuestas a cumplir lo prometido… que ya se sabe es deuda. Y es que la previsión es virtud y todas ellas se han cubierto las espaldas.
La manera en que lo confesaban era diferente en cada caso pero al final las consecuencias y la realidad final es la misma. Las grandes compañías han blindado sus promociones con seguros que las protegen ante una eventual victoria de España y los gastos asociados a la misma. ¿Se trata de una estrategia novedosa e inteligente, lo nunca visto, para cubrirse las espaldas?
“La demanda de seguros de contingencias ha aumentado significativamente en los últimos años porque cada vez son más frecuentes este tipo de promociones comerciales”, apuntan desde Mapfre. “No obstante, son seguros que se gestionan con mucha cautela por el riesgo que conllevan”, añaden.
Los seguros de estas características no son tan exóticos, aunque su contratación no sea tan sencilla como hacer un seguro hogar de los de toda la vida. La empresa X no puede ir a la correduría de seguros de la vuelta de la esquina y asegurar la promoción lanzada. Las grandes compañías hacen grandes seguros – la cuestión podría ser qué pasa con las pymes que también se lanzaron a la carrera promocional asociada a una España victoriosa y sobre la que las asociaciones de consumidores temen que no sean capaces de cumplir con sus promesas- y los grandes seguros se contratan en grandes mercados.
La contratación se realiza mediante agencias de brokerage de seguros. “Evidentemente este tipo de seguros no pueden contratarse con cualquier aseguradora”, apunta en un dossier específico el subdirector de Marsh, Ángel Pérez, especialistas además en deportes, ocio y entretenimiento. Como sucede en el caso de los grandes eventos de ocio, como conciertos y similares, los interesados deben contactar con una compañía como Marsh, que lleva 140 años realizando este tipo de tareas, que acudirá por ellos al mercado internacional – especialmente el de Londres – y encontrará el mejor seguro para lo que ellos desean cubrir.
Y es que en este tipo de eventos no sólo existen promociones. Los seguros, explican desde Marsh, cubren desde la responsabilidad civil de los organizadores – lo más previsible y menos exótico – hasta los fallos técnicos a los que se puedan tener que enfrentar las televisiones en la retransmisión hasta el daño que puede hacer a la reputación de una marca el comportamiento del jugador o equipo patrocinado. Por supuesto, también las promociones: como las que daban pie a conseguir ordenadores gratis, al rembolso de la compra o a licencias de productos gratis.
Las empresas son menos inocentes de lo que podría pensar el consumidor o de lo que fallos anteriores podrían dar a pensar. “Lo que hacen las empresas es analizar si el incremento de ventas o el impacto de marca que consiguen a través de estas acciones compensa el pago de la prima de un seguro”, explican desde Mapfre.
Mapfre es una de las empresas que cuentan con seguros específicos para estas necesidades. Su producto, Gran Público, cubre “el pago de los premios o el importe establecido en el seguro si se cumple el resultado promocionado en medios de comunicación”. Con Sobreventa, Mapfre garantiza “el pago de las pérdidas netas consolidadas (hasta el límite de la suma asegurada) a consecuencia del excedente de premios entregados”, explican.
Precio seguros
“Los seguros más demandados son los que cubren las primas de los jugadores y las campañas promocionales que se basan en un resultado deportivo concreto”, señala Pérez. Los primeros serían los más caros dentro del abanico de ofertas y seguros asociados a un evento como el Mundial de Fútbol.
Hablar de precio no es un tema que guste mucho en el mundo de los seguros; o al menos entre las diferentes fuentes consultadas por Silicon News la observación final solía ser la de la información sobre precios es confidencial por una cuestión de privacidad. De todos modos, una estimación apunta hacia miles de millones de euros. Los asociados a la Selección española han sido de los más caros, ya que la Roja partía como favorita.
Las empresas no son tontas y las prácticas de las grandes corporaciones no pecan de ingenuas. Si la Selección del propio país gana un campeonato de estas características, mejor estar celebrándolo con cava que lamentándose por los gastos que vendrán encima de la compañía.