La facturación electrónica continúa su implementación en Argentina. Así,
recientemente se ha ampliado su régimen obligatorio a empresas que brinden
servicios de limpieza, transportadoras de caudales y de seguridad. La medida
extiende el alcance de la factura electrónica a nuevos sectores, sumándose a las
empresas que prestan servicios de planes de salud, las prestadoras de televisión
por cable y las proveedoras de Internet, las cuales ya se encuentran bajo este
régimen desde el primero de abril de este año.
El sistema comenzó siendo optativo en 2006 y se espera la incorporación
paulatina de nuevas áreas de servicios, fomentadas por el ente fiscal nacional
argentino, la Administradora de
Fondos e Ingresos Públicos (AFIP).
Desde este organismo aseguran que la progresiva obligatoriedad de la
implementación de la factura digital tiene como objetivo ?instrumentar un
sistema de emisión por medios electrónicos de los comprobantes respaldatorios de
las operaciones comerciales -efectuadas en el mercado interno-, posibilitando el
reemplazo del tradicional soporte papel?.
Aunque al principio las empresas argentinas tomaron con reticencias su
instrumentación, está revirtiéndose tal concepción por la disminución de costes
que implica, no sólo de papel y de envío de documentación, sino de
almacenamiento, considerando que en la actualidad determinadas empresas deben
contratar servicios de terceros para el archivo de las facturas, o destinar
espacios físicos de dimensiones considerables a tales fines.
Pero ante todo, la factura electrónica posibilita que la AFIP conozca la
existencia de ese documento en el mismo instante de la emisión y no, como
tradicionalmente se operaba en Argentina, a través de las declaraciones juradas.
De ahí la importancia que tiene para el ente nacional la rápida
implementación del sistema. En la región, por su parte, tanto Chile como México
cuentan ya con cinco años de experiencia en el intercambio electrónico de datos
(EDI),
a la par con otros países del mundo.
Éste es el motivo por el cual Argentina están llevando a cabo conversaciones
con otros países latinoamericanos que operan con esta tecnología para, en un
?futuro cercano?, poder ahondar en políticas comunes e implementar una factura
electrónica regional que refleje las operaciones de comercio exterior.
Por lo que respecta a las empresas que brindan este tipo de tecnología en el
país, son Levicom,
Edicom y
South Consulting Signature, y todas
ellas se muestran categóricas al hablar de sus beneficios.
Así, Hugo Mac Gaul, director general de Levicom Argentina, empresa que presta
servicios de intercambio electrónico de datos y documentos, señala que ?la
facturación electrónica genera importantes beneficios de integración y
optimización de costes. Por el momento el régimen alcanza a empresas que
utilizan facturas corporativas, tipo A, pero llegarán muy pronto al usuario
final?.
En este sentido, distintos estudios de
Nordic y
Gartner afirman que el promedio de ahorro
de un emisor de factura electrónica es de un 56 por ciento, mientras que el del
receptor es de un 48 por ciento. Estas divergencias existentes entre los costes
de emisión y recepción de facturas se explican en parte por un mayor coste para
el receptor derivado de tener que ingresar al sistema administrativo, procesar,
validar y posteriormente eliminar los documentos recibidos.
En la misma línea, Fernando Martini, director de Edicom Argentina, asegura en
su weblog que ?el intercambio electrónico de datos en Argentina, por su poderoso
aporte para la competitividad de las compañías, está llamado a ocupar un lugar
de importancia en la agenda empresarial de los próximos años. Se estima que la
adopción de la facturación electrónica representa un ahorro cercano al 70 por
ciento de los costes?.
En cualquier caso, si bien los proveedores de este tipo de tecnología se
centran fundamentalmente en la disminución de costes que aporta, la factura
electrónica facilita además el aprovechamiento de nuevas tecnologías, eliminando
las distancias geográficas de una operación comercial con el uso de Internet,
ampliando el horario de atención para nuevas transacciones y facilitando
servicios adicionales online. En síntesis, promoviendo el e-commerce.
De esta manera, la
Cámara Argentina de
Comercio Electrónico (CACE) afirmó que el comercio electrónico generado
desde sitios argentinos en la Web ya ha superado la barrera de los 10.000
millones de pesos (unos 2.351 millones de euros), producto de las transacciones
de más de 5 millones de personas que compraron algún producto o contrataron un
servicio a través de Internet en 2006.
Con estas cifras, se logra por cuarto año consecutivo un crecimiento con
tasas superiores al 100 por ciento. Además, durante el año pasado, las ventas a
través del canal virtual ascendieron a 4.800 millones de dólares (3.559 millones
de euros).
El titular de la cámara, Marcos Pueyrredón, atribuye el fenómeno al
?formidable crecimiento del acceso por parte de los consumidores a conexiones de
banda ancha, la mayor cantidad de ordenadores y una gran mejora de la oferta de
productos y servicios ofrecidos por Internet?.
Por ello, para este año el CACE proyecta de nuevo una tasa de crecimiento
superior al 100 por ciento, con lo que se superarán ?los 20.000 millones de
pesos (4.700 millones de euros), con un mayor crecimiento de consumidores online
que amplíen la cantidad y variedad de sus transacciones online?.
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