Una de las mejoras que incorporó Windows XP en su lanzamiento fue la inclusión de una pequeña memoria caché de prelectura que intenta prever los archivos que serán ejecutados mientras se está iniciando una aplicación. Esto permitiría acelerar la ejecución de muchas aplicaciones muy pesadas como las de edición fotográfica o herramientas como Office.
No obstante, esta utilidad tiene una carencia por defecto: el tamaño total asignado a esta memoria es de tan sólo 64 bytes, lo que no soluciona el problema, tan sólo lo palia. Sin embargo, es posible modificar este número para aumentar el rendimiento durante la carga de aplicaciones y que realmente se note la intervención de esta memoria intermedia. Para ello, localizaremos la clave HKEY_LOCAL_MACHINESYSTEMCurrentControlSetControlFyleSystem en el registro del sistema, para crear si no existiese o modificar el valor binario ReadAheadThresold.
Una vez localizado, introducimos el valor 00 00 00 0f. De esta forma estaremos indicando que deseamos el máximo tamaño en la caché de prelectura, que se sitúa en 1,87 Mbytes, cantidad muy superior a la inicial y que sí hará que el inicio de las aplicaciones más pesadas se optimice notablemente.
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