El crecimiento del cryptojacking se ha convertido en una preocupante tendencia dentro del ciberespacio, ya que los ciberdelincuentes buscan nuevas formas de obtener ganancias ilícitas sin que sus víctimas lo perciban. A diferencia de los tradicionales ataques de ransomware, donde los datos se cifran y se exige un rescate para liberarlos, el cryptojacking opera de manera silenciosa y encubierta, utilizando el poder de procesamiento de las computadoras de las víctimas para minar criptomonedas sin su consentimiento.
De acuerdo con el último Informe de Ciberamenazas de SonicWall, esta táctica ha experimentado un vertiginoso crecimiento, aumentando en un asombroso 399 %. Aunque los intentos de ransomware han disminuido a nivel global, los ciberdelincuentes han encontrado en el cryptojacking una alternativa lucrativa y menos arriesgada para obtener ingresos. Las acciones de las fuerzas policiales y las sanciones más severas, así como la negativa de las víctimas a pagar rescates, han llevado a los actores de amenazas a buscar otras fuentes de ingresos, y el cryptojacking se ha presentado como una opción cada vez más atractiva para ellos.
La diversificación y expansión de las técnicas de los ciberdelincuentes han aumentado la complejidad del panorama de amenazas. Además del crecimiento del cryptojacking, se han observado incrementos en otros tipos de ataques, como el malware de IoT (37 %) y las amenazas cifradas (22 %). Los actores de amenazas con motivación financiera han demostrado una capacidad para adaptarse y cambiar su estrategia, aunque no han abandonado por completo el ransomware, el cual sigue causando estragos en diversas industrias, incluyendo la educación, la administración pública y los hospitales.
El Informe de Ciberamenazas 2023 también destaca importantes hallazgos sobre otros aspectos de la ciberseguridad. Por un lado, el volumen global total de malware ha experimentado una ligera disminución del 2 % en la primera mitad de 2023, con notables caídas en EE. UU. (-14 %) y el Reino Unido (-7 %). Sin embargo, en todas las demás regiones rastreadas, los números de malware aumentaron, lo que indica una preocupante tendencia ascendente.
Respecto al ransomware, aunque las cifras generales disminuyeron en un 41 % a nivel mundial, el segundo trimestre mostró un posible repunte, ya que aumentó un preocupante 73.7 % en comparación con el primer trimestre. Países como Alemania experimentaron un aumento del 52 %, mientras que India se vio afectada por un alarmante incremento del 133 %.
El malware de IoT también ha tenido un incremento significativo del 37 %. A medida que los dispositivos conectados continúan proliferando, los ciberdelincuentes ven en ellos puntos débiles de entrada ideales para llevar a cabo sus ataques contra organizaciones.
Por otro lado, las amenazas cifradas representan otro enfoque silencioso adoptado por los malos actores en los últimos seis meses, experimentando un incremento del 22% a nivel mundial. Este tipo de amenazas busca ocultarse dentro de paquetes de datos cifrados, dificultando su detección y aumentando su eficacia en la infiltración de sistemas y redes vulnerables.
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