Son una especie de cantera para los futuros emprendedores en serie y su gasolina para que puedan aumentar su velocidad y mantener el ritmo. Además de apoyar económicamente a las startups también forman a los fundadores y les facilitan el acceso a una amplia red de personalidades que pueden ayudarles a escalar sus negocios y cubrir los agujeros que tienen. Cada vez existen más aceleradoras en nuestro país y eso, sin duda, es un buen medidor de salud para el ecosistema. Algunas de las más jóvenes pero potentes, como Conector, BStartup y Seedrocket han debatido sobre su forma de trabajar y sus aspiraciones.
Una de las primeras cuestiones que suscitan curiosidad sobre estos jugadores del mundo de las startups es cómo hacen para identificar los proyectos prometedores. En este sentido, Carlos Blanco (managing partner de Encomenda VC, fundador de Nuclio y Conector), Marc Badosa (socio fundador de SeedRocket) y Sergio Pérez (director de BStartup Venture) coinciden en que miran con lupa aquellas propuestas y recomendaciones que les llegan de otros business angels. A través de esta vía, las startups referenciadas tienen la suerte de saltarse filtros e intermediarios, puesto que el criterio de esas personas suele ser de su total confianza.
“Recomendaría a la gente pasar por aceleradoras, ferias o eventos. Los inversores estamos pendientes de los demo day, pero siempre hacemos caso de algo que te recomiende un amigo. Ahí los voy a hacer caso directamente”, reconoce Blanco.
El truco para llegar a ellos es que la startup se ajuste a lo que cada fondo está buscando. Hay algunas empresas emergentes que tiran a ‘todo lo que se mueve’ para buscar financiación y lo que recomiendan estos expertos es no hacerlo, sino intenten encontrar los fondos que apuestan por su fase de madurez o modelo. “El problema no es la financiación, sino saber la financiación que necesitas y en qué momento”, señala Pérez.
Un no de un fondo de capital riesgo no debe desanimar a un emprendedor. “No tienen que retirarse. Primero deben saber por qué no y luego ya buscar en otro sitio. Que uno te de una negativa, no significa que otros lo hagan”, aconsejan desde BStartup. La filial de Sabadell recuerda que los principales motivos para el rechazo pueden ser un equipo que no convenza o “que no te crees que vaya a ejecutar el plan de negocio”. Así, seedrocket destaca que en las startups “siempre hay roces entre los fundadores. Por eso necesitas a personas maduras que sepan tratar con el conflicto. Muchos amigos acaban dejando de serlo por estas cosas”.
La aceleradoras llevan a cabo una labor muy importante de evangelización de los emprendedores, pero hace falta más para ‘formar’ a todos aquellos que están iniciando sus negocios que tengan que ver con el mundo tecnológico. Según cree Carlos Blanco, “el problema está en los diez mil que están emprendiendo, no en los que cogemos en las aceleradoras. Eso se soluciona con educación desde la base y con que los medios cuenten los pasos a seguir para obtener financiación”.
En cuanto a la consideración de si existe burbuja o no, los fondos no se ponen de acuerdo. Desde Seedrocket sí creen que hay “burbujeo”, debido a que se estarían dando valoraciones altas porque los fondos necesitan colocar capital. Por su parte, el brazo de Banco Sabadell opina lo contrario. Asegura que “no hay burbuja como tal” y reclama que lo que se necesita realmente es cerrar el círculo. “Tenemos de todo pero hacen falta empresas que compren startups, que permitan que el dinero vuelva al sistema”.
Para Blanco tampoco hay burbuja. De hecho, afirma que “la mayoría de los proyectos tienen precios razonables y los fondos europeos lo ven”. El fundador de Conector está convencido de que aunque haya habido algunos proyectos que hayan tenido exceso de valoración, por lo general “la startup española es más barata”. Y se atreve a decir que dentro de nuestro país las startups de Madrid les parecen más caras que las de Barcelona, porque “obtienen dinero full money, más que smart money”. El antiguo emprendedor coincide con Pérez en que “hace falta que las grandes se hagan con startups, porque al fin y al cabo les sale más barato que hacer I+D”.
Este es precisamente uno de los grandes retos. Los gigantes corporativos tienen una resistencia natural a trabajar con las startups y hay que educarles en ello. Para Blanco, las aceleradoras corporativas son “un paso para ello”. Badosa, sin embargo, opina que las aceleradoras corporativas verticales suponen “un riesgo, porque si se la pegan les quitan las ganas”. El fundador de Conector no duda que, como ocurre con todo, les falta rodaje. “Hace falta tiempo para mejorar e igual la primera hornada sale mala. Con el caso de Bankia veo que la primera edición es peor que la segunda”, se sincera Carlos.
Los fondos también quieren desmontar algunos mitos que rodean a los emprendedores, incluyendo esa teoría de que en España por la crisis muchos se hacen emprendedores por necesidad. “Lo veo un porcentaje bajo. A nosotros no nos llegan, desde luego”, asevera el fundador de Nuclio. Desde Seedrocket sí que han comprobado que “existe gente que entra en startups por moda y que hace tiempo no se habría planteado este camino”.
La necesidad de ser joven para emprender es otro mito que los tres representantes habrían desmantelado. “Los proyectos que han funcionado bien son gente con experiencia, ya en la cuarentena. Son personas que escuchan y saben rodearse de gente buena”, apunta el responsable de BStartup Venture. Blanco subraya que en España el ochenta por ciento de los emprendedores que han vendido sus empresas está entre los 33 y los 39 años, mientras en EE.UU la mayoría de los que cierra exits ha llegado a los cuarenta. “En España entre 35 y 40 años es la edad ideal, porque se trata de personas con experiencia en empresa privada que ya se la habían pegado”, concreta el inversor.
En cuanto a los jóvenes les aconsejan aprender a trabajar para otros y luego ponerse a emprender. “El mejor consejo que podemos darlos es que estén de becarios unos meses con gente buena de la que puedan aprender”, les invita Blanco. Para el socio de Conector incitarles a emprender desde la universidad (algo que se está haciendo constantemente) constituye “un grandísimo error, es mejor que tengan buenos maestros. Estando a cinco metros de alguien muy bueno seguro que aprendes”.
BStartup no suscribe exactamente su opinión porque en su caso sí que buscan spin offs de universidades, aunque se lamentan de que en España cueste tanto encontrar doctorados que quieran emprender. “Se enfocan en gente técnica, pero les falta gente de negocio”. Pérez sí que ha constatado que hay personas que “van de startup en startup hasta que al final acaban montando la suya propia”.
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