Así será la nueva revolución en las pantallas de los cines
Los cines del futuro contarán con una avanzada tecnología para pantallas que aspira a cambiar la industria.
Si pensabas que la experiencia en un cine no podía cambiar, un nuevo proyecto está dispuesto a revolucionar esa industria en el futuro.
Un equipo de investigadores de Estados Unidos e israelí, que cuentan con fondos de la Unión Europea, ha inventado una nueva tecnología que promete significar un antes y un después en las salas de cine.
En concreto, han creado una pantalla para cines que permite que los espectadores puedan ver películas en 3D sin la necesidad de emplear gafas.
El primer prototipo, bautizado como “Cinema 3D”, emplea un conjunto de lentes y espejos en la pantalla que hacen que se pueda ver la misma película en 3D desde cualquiera de las butacas del cine.
Wojciech Matusik, profesor del MIT involucrado en el proyecto, ha destacado que el problema que entrañan las pantallas 3D que no necesitan gafas desarrolladas hasta la fecha, es que tienen unos requisitos de resolución tan elevados que no se pueden poner en práctica.
En cambo gracias a “Cinema 3D” se podrán producir a gran escala pantallas de cine que ofrezcan la posibilidad de ver películas en 3D sin el uso de gafas.
Los responsables del proyecto aseguran que la tecnología no está todavía lista para su comercialización, pero confían en que las futuras versiones ayuden a dar pasos en esa dirección.
Sus objetivos de cara a futuros prototipos se centran en desarrollar una versión más grande de la pantalla, así como el refinamiento de la óptica de la misma para mejorar la resolución de la imagen.
Una de las claves de “Cinema 3D” reside en el hecho de que los espectadores solo mueven sus cabezas en un número pequeño de ángulos, que están limitados por la anchura de su asiento.
En ese sentido, eso hace que sea suficiente con mostrar un reducido rango de ángulos y reproducirlos en todas las butacas, recogen en Phys.
Por último, los responsables del proyecto son conscientes de que es esencial que la pantalla que comercialicen sea rentable para sus potenciales clientes, y aspiran a que dentro de unos años su invento termine llegando a cines y auditorios a nivel mundial.