Así predijo AT&T en 1993 que sería el futuro… y acertaron en casi todo
Algunos podrían llegar a tachar de “demasiado conservador” esta serie de anuncios televisivos de AT&T emitidos en 1993 en los que se aventuraba qué avances tecnológicos depararía el futuro, pero lo cierto es que sería más adecuado etiquetarlos como “realistas” puesto que se obviaban elementos quizá más fantasiosos como coches voladores o colonias extraterrestres.
A pesar de ello enumeraremos algunas de esas maravillas del futuro que se ofrecían en los anuncios como reclamos de un futuro prometedor:
- Préstamo a distancia de libros: Amazon presentó el primer Kindle en 2007.
- Cruzar el país sin parar para preguntar direcciones: los GPS comenzaron a probarse en 1993 y llegaron a la implantación generalizada en torno al año 2000.
- Enviar un fax desde la playa: bueno, casi, mucho mejor mandar un email.
- Pagar el peaje de la autopista sin detener la marcha del vehículo: en España no está quizá tan extendido pero sistemas como Via-T se usan desde hace muchos años.
- Comprar entradas para conciertos desde un cajero: además de hacerlo online existen algunas entidades bancarias que ofrecen estos servicios desde hace también unos cuantos años.
- Comunicarte mediante videoconferencia con tus hijos desde una cabina telefónica: en puridad no se ha conseguido precisamente porque el desarrollo de la tecnología móvil ha hecho desaparecer en la práctica casi todas las cabinas telefónicas, pero las webcams y aplicaciones como Skype y FaceTime son dignos ejemplos con años de existencia de esta predicción.
- Abrir puertas con la voz: esta es de las que quizá no estén aún disponibles comercialmente de forma masiva pero teniendo en cuenta los avances en asistentes vocales inteligentes como Siri y la inminente explosión del “Internet de las cosas”, dado que ya podemos activar mecanismos de seguridad desde los smartphones y que estos pueden incluir mecanismos de seguridad como los sensores biométricos de huella dactilar no estamos tan lejos de ello. Esto entronca también con la posibilidad mencionada en el anuncio de encender las luces (o la climatización) de casa sin estar en ella, algo que la domótica hace décadas que permite de modo más o menos efectivo pero que cada vez resulta más completo y complejo en cuanto a funciones y capacidades y más sencillo y cómodo de manejar desde nuestro teléfono móvil, lo que incluye servicios de alarma con webcam que nos permite ver en tiempo real lo que sucede en nuestro hogar cuando no estamos en él además de accionar diferentes elementos del mismo también a distancia.
- Llevar tu historial médico en el bolsillo: nada que no quepa en un pendrive o incluso ni siquiera eso, pudiendo almacenarlo en la Nube y acceder a nuestros análisis, informes y reconocimientos médicos desde el móvil. Otra cuestión es que en algunos sistemas nacionales de salud realmente el paciente pueda tener acceso a los documentos sobre sus intervenciones médicas que se guardan en los archivos de los hospitales. También habría que incluir en esta categoría la cantidad de datos que recogen las aplicaciones de monitorización de actividad física y deportiva y habría que recordar que este año parece estar a punto de eclosionar gracias a las pulseras inteligentes y los smartwatch la gestión mediante aplicaciones específicas de estos aspectos relacionados con nuestra salud.
- Recibir asistencia médica a distancia: tan pronto como fue posible conectar una cámara a Internet y recibir las imágenes en la otra punta del planeta se empleó para que médicos de centros hospitalarios pudieran dar un diagnóstico sobre lesiones o enfermedades de pacientes ubicados en remotos emplazamientos, pero la tecnología ha ido más allá y desde el año 2000 se ha logrado superar los obstáculos del desfase temporal en el envío/recepción de las imágenes de vídeo y las instrucciones del instrumental quirúrgico operado a distancia posibilitando operaciones desde un lado del océano Atlántico a pacientes situados al otro lado del mismo (la llamada “Operación Lindbergh” en honor al célebre aviador que cruzó en avión y en solitario por primera vez el Atlántico)
- Aprender a distancia: en el anuncio aparece una lección magistral impartida por un profesor al que pueden plantear preguntas los alumnos, sentados en casa asistiendo a la lección desde sus ordenadores. Hace años (décadas incluso) que la educación a distancia está más que asentada en igualdad de condiciones con la presencial, incluso en el ámbito universitario, lo que permite también que tus “compañeros de clase” estén sentados en sus propios “pupitres” no a tu lado sino en otro continente.
- Hablar con un interlocutor sin conocer su idioma: recientemente se han lanzado aplicaciones para móvil que traducen textos y rótulos pero ya existe (aunque todavía no está disponible comercialmente) la posibilidad de contar en Skype con una traducción en tiempo real, como te contamos en su día aquí en The Inquirer.
- Asistir a una reunión descalzo (mientras estás en la playa): el teletrabajo y la telepresencia, las videoconferencias y el uso de Skype o Hangout hace años que permiten la independencia de las oficinas y las salas de juntas así como poder cumplir con las obligaciones laborales desde emplazamientos paradisíacos.
- Ver la película que quieras en el momento que desees: podríamos resumirlo en una palabra, Netflix, pero evidentemente hay más opciones y hace también años que el cine bajo demanda (y el acceso a otros contenidos, tanto musicales como visuales) es posible gracias a Internet o las conexiones por cable y vía satélite.
- Hacer la compra en el supermercado sin sacar los artículos del carro al ir a pagar: hay algunos establecimientos donde se dispone de carros inteligentes que controlan qué artículos introducimos en él, cargándolos en nuestra cuenta, pero no se puede hablar desde luego de que se trate de algo generalizado. Más común puede ser la existencia de establecimientos donde el propio cliente pasa por el lector lo que ha comprado y paga con su tarjeta, pero más allá de esto el progreso ha sobrepasado esa predicción gracias a la posibilidad de adquirir lo que necesitamos a través de Internet de modo que simplemente tenemos que esperar en casa a que nos traigan el pedido del supermercado.
- Efectuar una llamada desde tu muñeca: algo propio de Dick Tracy y que si bien no se ha generalizado, quizá por la propia incomodidad de la postura o por la dificultad en que un dispositivo como un reloj pudiera acoger no solo el mecanismo del teléfono sino la batería necesaria para que la conversación no durase 5 minutos. No obstante y aunque hace años que existen algunos modelos de móviles de pulsera estos últimos años con el auge del smartwatch ha visto como llegaba a nuestra muñeca al menos un receptor de alertas y mensajería e incluso algún modelo permite la llamada de voz, aunque de nuevo se trata (por el momento) de un mercado muy reducido tanto en oferta como en demanda.
Algunos de los avances sobre el futuro que parecen menos logrados tienen que ver con la posibilidad de renovar el carnet de conducir desde un cajero automático (se ha avanzado mucho en la gestión telemática de cuestiones administrativas y el uso de la firma electrónica, pero seguramente habrá cuestiones como esta que sigan dependiendo de una visita al centro médico de reconocimiento… hasta que nuestro propio móvil nos pueda hacer ese chequeo), reparar un automóvil a través de televisión (podríamos darlo por válido si contamos los tutoriales online para arreglar/reparar/revisar casi cualquier vehículo además de otros objetos y dispossitivos… qué sería de nosotros sin los foros especializados).
Y para concluir nada como dejar que contempléis vosotros mismos estos anuncios de hace 21 años en los que se auguraba un porvenir con un evidente parecido a nuestro presente en cuanto a posibilidades tecnológicas aunque con una evidente carencia de visión de futuro en cuanto al diseño.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=5MnQ8EkwXJ0[/youtube]
Algunos de esos avances que en los anuncios aparecen como grandes pantallas o dispositivos de un tamaño considerable hoy los llevamos concentrados en un único aparato que cabe en el bolsillo (bueno, excepción hecha de los phablets). En lo que sí acertó de pleno AT&T fue en que nada de ello sería posible… sin la intervención de los servicios de las compañías telefónicas.
vINQulo