Los procesadores Cortex M de ARM son ya todo un éxito, con más de 8.000 millones de unidades distribuidas, más de 240 licencias y formando parte de 3.000 elementos de catálogo.
Para Nandan Nyampally, vicepresidente de mercado del grupo de CPU de ARM, el nuevo Cortex M7 permitirá que los dispositivos puedan aunar en un pequeño espacio, mayor capacidad de procesado y una autonomía de batería más larga.
No sólo los dispositivos del Internet de las cosas, también los coches, máquinas expendedoras, cajeros automáticos y en general, cualquier dispositivo embebido en entornos industriales o comerciales puede beneficiarse de una capacidad de procesado mejorada, suponiendo el doble de la del Cortex M4.
Además, la migración desde otros sistemas con Cortex M es muy sencilla, así como la variedad de aplicaciones, herramientas y soporte ha aumentado, por lo que plantean el Cortex M7 como un nuevo estándar para sistemas embebidos.
Habrá que ver como responde el mercado ante su lanzamiento y que tiene que decir Intel, que a pesar de haber perdido bastante cuota en este mercado, sigue apostando por recuperar terreno frente a ARM.
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