Aprende a manejarte en Gnome

Te mostramos las funciones básicas y el manejo del escritorio más popular de Linux.

1- Aspecto general

Se dice que Gnome es el escritorio más ‘opensource’, es decir, el más típico del software abierto. Su apariencia general incluye los siguientes elementos: Barra de menú, Iconos de aplicaciones, panel superior, icono de acceso directo a la carpeta personal, Acceso directo a unidades de almacenamiento, Panel inferior y Cambiador de áreas de trabajo.

Al igual que sucede en Windows, lo que el escritorio más popular de Linux nos ofrece es una especie de mesa de trabajo virtual llena de iconos, los cuales pueden ser agrupados y movidos a lo largo de esa pantalla a nuestra voluntad. Para ponerlos en funcionamiento, basta con situar el puntero del ratón sobre cualquiera de ellos y presionar dos veces el botón izquierdo.

Si pulsamos sobre un fichero que contiene datos, imágenes, etc., el sistema llamará al programa asociado y lo ejecutará, aunque si un determinado archivo no se abre al primer intento, habrá que seleccionar Abrir con y elegir una aplicación en el menú desplegable.

El escritorio de Gnome también incluye carpetas que se abrirán para mostrarnos los ficheros que incluye, así como accesos directos a unidades removibles. Al pulsar sobre los últimos, saltaremos a una ventana en la que se muestran los contenidos de cada unidad removible, a los que también podremos acceder a través de la carpeta /mnt.

Otra carpeta especialmente importante es la de Acceso directo a la cuenta personal, pues a través de ella entraremos en nuestro perfil de usuario. Se trata de la forma más rápida de entrar a las carpetas específicas de nuestros perfiles, ya sea trabajando como usuario ‘root’ o como un usuario más, o incluso alternando ambos perfiles.


2- Organizar los iconos

Puede ocurrir que queramos tener en una carpeta con los documentos que usamos normalmente y que se encuentran desperdigados por el escritorio.

En tal caso, crearemos una carpeta y arrastraremos los archivos con el puntero del ratón hasta ella, presionando la tecla izquierda. Para crear la carpeta, bastará con pulsar el botón derecho del ratón en un área vacía del escritorio, haciendo aparecer un menú contextual, en el que seleccionaremos la opción Nueva Carpeta.

Pero también puede ocurrir que queramos dejar un determinado icono sobre el escritorio y a la vez dejarlo en una carpeta. En tal caso, habrá que copiarlo, pero no moverlo. Así, dispondremos de dos copias del mismo elemento situadas en diferentes lugares.

Para realizar esta tarea, pulsaremos el botón derecho del ratón sobre el icono y elegiremos la opción Copiar el archivo en el menú desplegable. Acto seguido, vamos a la carpeta en la que queremos conservar el archivo y pulsamos Pegar.


3- Crear accesos directos

Para colocar un acceso directo en el escritorio Gnome es necesario instalar un ‘launcher’ o lanzador, que servirá para iniciar una aplicación o archivo desde el escritorio.

El proceso comienza pinchando sobre un área vacía del escritorio y seleccionando la opción Nuevo lanzador en el menú desplegable. Aparecerán inmediatamente una serie de casilleros a rellenar. Como es lógico, hay que darle un Nombre al lanzador, que puede o no coincidir con el elemento que vayamos a colocar.

Del resto de casilleros, el más importante es el referido a Comando. Para completarlo, pulsaremos el botón Examinar, situado justo a su derecha, e iremos a parar a una nueva pantalla en la que seleccionaremos la carpeta que contiene la aplicación que vamos a poner en funcionamiento al presionar este lanzador.

Para un usuario de Windows, puede resultar un tanto extraña la configuración de los subdirectorios de Linux, pero con algo de práctica se encuentran fácilmente los archivos deseados. Basta con dirigirse a /usr y encontrar allí lo que se está buscando.


4- Las ventanas

Las ventanas de Gnome tienen una estructura muy parecida a las de los sistemas operativos de Microsoft, pudiendo cerrarlas, agrandarlas o aparcarlas en la barra de tareas inferior. En este sentido, el escritorio proporciona un entorno de trabajo sencillo e intuitivo.

Las ventanas cuentan con varios elementos. El primero de ellos es el Botón de menú, que usaremos para manipular de forma general la ventana. También destaca la Barra de título, en la zona superior, que nos dice qué estamos haciendo (la aplicación que hemos abierto o la carpeta que estamos viendo).

Los botones de minimizar, maximizar y cerrar también son extremadamente útiles, al igual que la Barra de estado, zona en la que observaremos datos diversos y que varían en función de la aplicación. Por ejemplo, en un procesador de texto nos dirá las páginas que estamos usando. Por último, también existe un botón para redimensionar toda la ventana con el puntero del ratón.

Por otra parte, conviene destacar que, al igual que sucede en Windows, sólo puede haber una ventana activa, aunque varias estén abiertas. La forma más fácil de pasar de una a otra es colocar el puntero del ratón sobre una determinada ventana y pulsar con el botón izquierdo.