Entre 50 y 60 millones. Ésa es la horquilla de unidades vendidas que desde Fortune se está rumoreando que habrían alcanzado los iPhone durante el último trimestre, justo el que coincide con la campaña de Navidad y todavía por contabilizar de manera oficial. De ratificarse, la cifra no debería sorprender a nadie, ya que el binomio que conforman iPhone 5s y iPhone 5c consiguió pulverizar el récord vigente para un primer fin de semana con 9 millones de smartphones despachados en total. Y es que haber cesado en su empeño de comercializar únicamente un modelo de teléfono móvil por año, sin renovaciones intermedias, parece estar jugando a su favor.
Ahora los fanboys de Apple pueden elegir entre un terminal de alta gama con chip de 64-bit, características del calibre del reconocimiento dactilar y opción dorada u otro algo más modesto en lo que se refiere a prestaciones puntuales pero mucho más colorido y personalizable.
Esta diversificación de la estrategia por parte del gigante de Cupertino también se ha dejado sentir en el segmento tablet, donde compite con su tradicional iPad de 9,7 pulgadas y un iPad Mini de 7,9 pulgadas, más en boga con lo que está marcando desde hace tiempo una incesante demanda móvil que obliga a no quedarse atrás. Aquí habrá que esperar a la presentación de resultados financieros para ver qué números logra Apple, pero podrían no ser tan buenos. A pesar de que fue la firma de la manzanita mordida la que inauguró este mercado, las tabletas gobernadas por Android ya han rebasado sus ingresos elevando el nivel de exigencia para el resto de sistemas operativos.
Esto es especialmente preocupante si tenemos en cuenta que tanto observadores como accionistas consideran que la compañía que dirige Tim Cook está perdiendo esa esencia innovadora que solía caracterizarla. Ella es parte importante de la revolución musical con los reproductores de pequeño tamaño pero gran capacidad y la tienda iTunes, apostó por los smartphones de pantalla táctil, habló por primera vez de era post-PC tras la introducción de las tabletas, adelgazó los portátiles, dio vida a las aplicaciones… ¿y ahora?
Ahora son otras las que se están sacando de la manga nuevas categorías de dispositivos informáticos: desde phablets a smart TVs pasando por relojes, gafas (¡e incluso lentillas!) igual de inteligentes. Google, además, ha comprado recientemente la empresa de dos ex-empleados de Apple, uno de ellos considerado el padre del iPod, que le permitirá ahondar en el Internet de las Cosas con todo su entramado de dispositivos hogareños conectados entre sí, más allá de la “wearable technology”.
Y ahora es Apple la que parece dejarse guiar por la corriente. Recopilando un poco los rumores que nos han ido llegando, lo próximo de esta empresa debería ser un iPhone de más de 4 pulgadas y seguramente también su propio smartwatch, que ya ha sido bautizado con el nombre de iWatch.
Ambos son productos que esta empresa necesita acumular en su cartera para tener alternativas a la competencia, aunque no encierren una fuerza disruptiva en su interior. También se habla de la posibilidad de presentar un tercer tamaño para el iPad a través de un MaxiPad capaz de soportar la resolución 4K, que serviría de respuesta a unos ordenadores en decadencia, a las propias Galaxy Note de su gran rival Samsung y a unas escuelas cada vez más informatizadas.
¿Un reloj? ¿Un coche? ¿Algo más?
Retomando el capítulo de filtraciones, el esperadísimo iWatch podría ser el revulsivo de Apple si consigue convertirse en la mezcla perfecta entre reloj que da las horas, complemento que aporta las notificaciones procedentes del teléfono y pulsera que monitoriza la actividad física de su portador. Con un añadido: la medición de niveles más complejos como la sangre, tal y como apunta 9to5Mac, con la mejora a nivel de control de salud que esto supone. Si nadie se le adelanta antes, claro.
El hermetismo al que nos tiene acostumbrados cuando se trata de hablar de sus proyectos deja poco lugar a la certeza. Algunos registros de patentes apuntan a pantallas táctiles envolventes, que abarcarían todo el gadget, a pantallas curvadas e incluso a la desaparición de las pantallas. O a otros asuntos como un sistema de búsqueda y etiquetado de imágenes basado en la voz, una tecnología para desbloqueo facial con sólo mirar la cámara, la carga de baterías con energía solar y ordenadores libres de cables. Por otra parte, se sabe que Steve Jobs quería sacar un coche al mercado y quizás sea un sueño que podría retomarse. Hay muchos senderos abiertos para recuperar el halo de innovación perdido.
Por supuesto, Apple cuenta con la baza del diseño y la atención por el detalle. Ha comenzado a huir del engorroso skeumorfismo en su software a favor del minimalismo y sigue explorando conceptos como la conversión de su ordenador para profesionales Mac Pro en un cilindro o el control del móvil mediante conversaciones gracias el asistente de voz Siri. No parece escatimar en acabados y crea hardware totalmente pensado para sus distintas plataformas, lo que le permite entregar experiencias fluidas y hacer frente con relativa facilidad a los contratiempos.
Así las cosas… ¿hacia dónde creéis que se dirigirá su estrategia en los próximos meses? ¿Necesita realmente Apple ofrecer algo diferente o le vale con marcar distancia estética, aunque sea con los dispositivos que ya conocemos?
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