Apple, Samsung y el difícil parto de una pantalla de alta resolución

Pese a los intentos por dejar de depender de la coreana para la fabricación de la pantalla de su Nuevo iPad, ni Sharp ni LG han dado a Apple los altos estándares de calidad que necesitaba.

Es como una guerra de los Rose tecnológica. Apple y Samsung se demandan en los juzgados, se exigen la una a la otra indemnizaciones millonarias por violación de patentes e intentan ponerse la zancadilla con el fin de parar la venta de sus smartphones y tablets en algunos territorios. Sin embargo, a la hora de la verdad, no pueden dejar de depender la una de la otra.

Apple no ha tenido más remedio que confiar la producción de la pantalla de la tercera generación de su tablet a su rival. Solo a él y nada más que a él. Lo ha intentado con la nipona Sharp y la coreana LG Display, pero ninguna de las dos conseguía adecuarse a los estándares de calidad que los de Cupertino buscaban.

Crear un display de 9,7 pulgadas con Pantalla Retina y 2.048 y 1.536 píxeles no era tarea fácil y hacerlo rápido generando suficientes unidades para abastecer la demanda, aún menos. Miyuki Nakayama, portavoz de Sharp, así se lo ha reconocido a Bloomberg. “El logro de obtener esta alta resolución sin comprometer el consumo de energía y el brillo y mantener los estándares de calidad de Apple ha demostrado ser un desafío para LG y Sharp”, explica.

Quizás Apple haya conseguido eliminar la dependencia de Samsung en el ámbito de los chips firmando un acuerdo con TSMC, pero va a tenerlo complicado en el área de las pantallas. Según la web asiática Digitimes, la creadora de la familia Galaxy se convirtió en enero en el mayor proveedor de pantallas para iPad. Samsung pasó a enviar a Apple 1,65 millones de unidades en diciembre a 2,45 millones en enero. Con este número superó a LG, que caía de los 2,1 millones a 1,7 en febrero.

A Samsung contar con Apple como gran cliente no le viene nada mal, pese a que entre pedido y pedido tenga que verse las caras con él en los juzgados. En el último trimestre de 2011 la coreana aumentó su cuota de mercado mundial del 5,5% al 5,8%, sin embargo, un ejecutivo de la compañía reconoció durante el Mobile World Congress de Barcelona que los intentos por hacerse con una buena porción de la tarta habían sido un fracaso por el momento. Hankil Yoon, no se mordió la lengua y aseguró que no les “iba nada bien en cuanto a tablets” y que lo mejor para sobrevivir en este mercado era “asesinar nuestros propios productos”.

Todo este panorama deja una conclusión: Apple y Samsung se han convertido en una pareja que se tira los trastos, pero que tienen una criatura muy delicada y prometedora (veremos cómo funcionan sus ventas a partir del viernes) a su cargo llamada Nuevo iPad.