Los cimientos de la compañía con mayores beneficios del mundo han sufrido un pequeño terremoto. Apple ha mostrado su primer signo de debilidad desde hace años, con unas ventas de iPhone que han caído y que como resultado han arrastrado también a los ingresos de la compañía, siendo la primera vez que sus resultados caen en 13 años.
Apple ha visto un crecimiento constante en los últimos años, un crecimiento que parecía no acabar nunca, pero esta vez su racha se ha terminado y en el segundo trimestre fiscal del año han conseguido vender 51,2 millones, una cifra espectacular e incluso por encima de los pronósticos de los analistas de 50 millones, pero muy por debajo de los 61,2 millones de iPhone que se vendieron en el mismo periodo del año pasado.
Este hecho ha llevado a que sus ingresos también caigan, y en este caso se haya quedado en 50.560 millones de dólares, por debajo de los 51.970 millones que se esperaban, con unas ganancias de 1,90 dólares por acción frente a los 2 dólares de los pronósticos.
Los resultados han llevado al pesimismo en la Bolsa, llevando a su cotización a perder un 8% y quedando por debajo de los 100 dólares, a pesar de los esfuerzos de Apple en convencer a los inversores con dividendos y una mejora en los ingresos por servicios.
La región donde más se ha notado la reducción de ventas de iPhone ha sido en China, con una caída de más de un 25% y unos pronósticos poco alentadores para el próximo trimestre. Esta situación hace pensar que el iPhone podría haber llegado a un punto de saturación en el mercado, algo que pondría a Apple en un grave aprieto, debido a su enorme dependencia del sector de los dispositivos móviles.
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