Apple gastará 2.000 millones de dólares en data centers ecológicos europeos

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Apple decide responder a las presiones por sus estrategias fiscales en Europa, para pagar los menos impuestos posibles, con el anuncio de nuevos datacenters ecológicos en Irlanda y Dinamarca.

Tras años de fiscalidad “distraída” en Europa, la Comisión Europea está empezando a pedir explicaciones a Irlanda y otros “paraísos fiscales” en los que las multinacionales se establecen para pagar lo menor posible en impuestos, basándose en lagunas y recovecos fiscales que les permiten que, a pesar de ganar miles de millones de euros, luego sus declaraciones incluso les salgan a devolver.

Entre las muchas empresas tecnológicas que siguen estas prácticas está Apple, y ahora, la compañía de Cupertino, consciente de la mayor presión, busca maneras de distraer la atención. Para ello, Apple ha anunciado que va a realizar una importante inversión de 2.000 millones de dólares en Irlanda y Dinamarca, para crear dos data centers que utilicen energía 100% renovable.

Concretamente, los data centers estarán en Athenry y Viborg, ocuparán 166.000 metros cuadrados cada uno y estarán operativos en 2017. Su función será dar soporte a la App Store, Siri e iMessage, y Apple asegura que crearán cientos de puestos de trabajo en la zona. Apple ha aprovechado además el anuncio, para indicar que actualmente tiene contratados a 18.300 trabajadores en 19 países europeos, e indirectamente da trabajo a 672.000 europeos.

Estas cifras son una clara presión por parte de Apple a las autoridades europeas, para que miren a otro lado, ya que no hay que olvidar que a pesar de todos estos datos, se estima que Apple ha conseguido sacar de Europa más de 54.000 millones de dólares de beneficios sin tributar. Ante esto, ¿qué son 2.000 millones? Sobre todo si tenemos en cuenta que buena parte de ellos van justo al país que le permite esta ingeniería fiscal en detrimento del resto de Europa.

Lo más triste no es sólo que Irlanda vele únicamente por su propio beneficio, sino que la Comisión Europea se haga la inocente, como si no supiera esto durante años. Algo parecido ocurrió con la NSA, cuando los países europeos se mostraban “sorprendidos e indignados”, cuando ellos mismos facilitaron al gobierno estadounidense el espionaje de sus ciudadanos.