Aplicando las leyes
La inminencia de la Ley Antipiratería nos recuerda la fragilidad del consumidor ante los productos de baja calidad que inundan el mercado.
Ante una generalizada ola de piratería, la defensa de la propiedad intelectual de los productos se ha convertido en el centro de una reforma legislativa para cerrar filas entorno a los derechos de las empresas. Lejos de entrar en la polémica, sí que es importante destacar la indefensión del consumidor respecto a los productos ofertados. Diariamente recibimos en la redacción cartas de lectores que se quejan del mal trato que reciben por parte de algunas empresas de las que son clientes. Lógicamente no podemos hacernos eco de esas quejas porque su fundamento, aunque aparentemente cierto y sincero, no tiene el rigor necesario para la publicación y puede ocasionar mucho daño. Sin embargo, no tenemos dudas de que la mayor parte de ellas son ciertas y animamos a nuestros lectores que así las manifiesten en lo foros de nuestras páginas. Ello trasluce una carencia de cauces idóneos para reclamar.
Existe una ley de defensa del consumidor pero parece que su efectividad es más bien escasa. ¿Tendrá la misma aplicación la Ley Antipiratería? Probablemente la industria tiene los medios y la organización necesarios para hacer que se cumpla la ley. Lamentablemente los usuarios no disponen de los medios que faciliten la efectividad de dicha aplicación. Un desequilibrio que se acentúa cada día más y que no tiene visos de cambiar en un futuro próximo.