Antes y después de la crisis
“No cabe duda de que el país atraviesa una crisis difícil que hay que atajar”. El portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto, se mostraba tajante el 30 de septiembre, tras el desplome histórico de Wall Street y la negativa del Congreso estadounidense a aprobar el Plan de Rescate.
El no de los congresistas sirvió de catalizador a una situación que llevaba gestándose en la sombra largo tiempo. Tras las negativas de los poderes públicos, que defendían que la economía no estaba en crisis, los acontecimientos del 30 sirvieron para hacer estallar la burbuja de la bonanza económica.
El Dow Jones perdió en una sola jornada 748,21 puntos y el tecnológico Nasdaq 199,61 puntos. Empezaba la debacle que iba a salpicar a todos y a todas las empresas, marcando un antes y un después en la coyuntura económica.
Antes de esta jornada negra, el mayor problema de este mercado era si el pacto entre Yahoo! y Google, el mismo que hace menos de una semana se daba casi por perdido y que hoy a conseguido reflotar, iba o no a suponer una amenaza de monopolio para el resto de competidores por el pastel de la publicidad online.
Las acciones de las principales tecnológicas, aún así, no eran el valor seguro de ganancias que habían sido en el pasado. Tras el optimismo de los primeros años y la atracción poderosa de la novedad, las cotizaciones sufrieron una caída. Google acumulaba unas pérdidas del 35 por ciento, Microsoft del 28 por ciento, Dell del 30 y Yahoo!, curiosamente, de sólo el 14 por ciento, como publicaba en la penúltima semana de septiembre el diario Neg-Ocio.
Durante el primer mes de crisis, las compañías tuvieron que enfrentarse a presentaciones de resultados no siempre tan espectaculares como esperados. Yahoo! reconoció pérdidas multimillonarias, aunque esto no afectó de forma alarmante a sus cotizaciones. De hecho, en la siguiente jornada, sumó más de un dos por ciento en el mercado neoyorkino.
Apple, en cambio, tuvo que afrontar el castigo de sus inversores, a pesar de sus resultados de ventas han sido especialmente buenos en los últimos trimestres. Una revisitación del valor recomendado de sus acciones llevó a la compañía de la manzana a perder más del 17 por ciento.
El Nasdaq 100 ha perdido algo más de 300 puntos en este mes, de los 2.082, 33 con que cerró el 30 de septiembre a los 1.726,33 de la jornada de ayer.
Mercado España
La crisis no mantuvo al mercado español al margen. Lejos quedan los algo más de 11.000 puntos alcanzados por el Ibex 35 a lo largo de septiembre e inlcuso los 10.987,50 puntos de la jornada que siguió a la caída de los mercados estadounidenses el último día de septiembre.
Los valores cabeza del sector en el parqué madrileño sufrieron los rigores de las sucesivas caídas del referencial y aumentaron la pérdida acumulada a lo largo del año, arrastradas por los vaivenes bursátiles.
Las acciones de Indra valían un 8,40 por ciento menos que a comienzos de año antes del estallido del pánico. Ayer, a la hora de cierre, era un 15,29 por ciento la diferencia. Más sangrante es el caso de Telefónica, la otra empresa del sector que cotiza en el Ibex 35. De una devaluación acumulada del 22,77 por ciento ha pasado al 32,89 por ciento.
El rigor bursátil ha afectado, por otra parte, de una forma curiosa a los valores más modestos que cotizan en el mercado continuo madrileño. Fuera del referencial, la crisis no ha sentado tan mal a las empresas tecnológicas.
Así, Avanzit, el caso más llamativo, pasó de unas pérdidas acumuladas a finales de septiembre del 70,63 por ciento a cerrar ayer con un más moderado 37,34 por ciento de devaluación frente a comienzos de año.
Amper y Jazztel han sumado en negativo pero, aún así, la subida no ha sido tan dramática como podría esperarse teniendo en cuenta el contexto económico. La primera pasó de un -54,85 por ciento anual a un -55,65 y la segunda sumó poco más de un 3 por ciento a su -48,39 por ciento.